miércoles, 30 de enero de 2019

La discriminación social


Por el Lic. Eddy Arias Gómez

Se observa a la luz de la existencia humana la gran similitud de los hombres y mujeres en cuanto a la contextura física, los sonidos fónicos, la dirección de objetos hacia los cuales se encaminan sea en estado de movimiento o estático. Los coeficientes intelectivos y de visión en unos se diferencian pero en otros se dan las coincidencias.

La persona como ser supremo en el mundo de la creación, es dotada de inteligencia y diversidad de dones para superar la supremacía de todos los demás seres y cosas con vida.

Del mismo modo que se hace recuerdo se llega al olvido, de que cada persona está dotada de una dignidad, conformada por los valores que a cada cual les corresponden. Los que por suerte u osadía de la vida les toca desempeñar puestos o lugar se olvidan de la vida pasada y se crean en su mente una coraza para separarse de los demás basados en la prepotencia, orgullo, grandeza y diferencia económica. Hay patrones que no permiten a su subalterno sentarse junto a ellos en una mesa para comer, dialogar o compartir; no sabiendo que el sudor mal oliente del trabajador es lo que engorda, haciendo crecer su riqueza.

Del mismo modo hay ricos que les molesta colindar con el pobre, olvidando además que después de la muerte uno y otros huelen tan mal que hasta el medio ambiente se contamina.

Los indiferentes no verán la gloria de Dios ni disfrutarán de su esplendor divino.

Cuidemos de querer mal a nuestros semejantes, ellos son tan importantes como nosotros porque siempre necesitaremos unos de otros en especial la familia.

Los amigos siempre llenarán los espacios vacíos de nuestra existencia tal como dijo el Maestro Jesucristo “Ya no les llamo siervos, sino amigos”.

¡Que viva la amistad! Feliz San Valentín.