Se observa a la luz de la existencia humana
la gran similitud de los hombres y mujeres en cuanto a la contextura física,
los sonidos fónicos, la dirección de objetos hacia los cuales se encaminan sea
en estado de movimiento o estático. Los coeficientes intelectivos y de visión
en unos se diferencian pero en otros se dan las coincidencias.
La persona como ser supremo en el mundo de la
creación, es dotada de inteligencia y diversidad de dones para superar la
supremacía de todos los demás seres y cosas con vida.
Del mismo modo hay ricos que les molesta
colindar con el pobre, olvidando además que después de la muerte uno y otros
huelen tan mal que hasta el medio ambiente se contamina.
Los indiferentes no verán la gloria de Dios
ni disfrutarán de su esplendor divino.
Cuidemos de querer mal a nuestros semejantes,
ellos son tan importantes como nosotros porque siempre necesitaremos unos de
otros en especial la familia.
Los amigos siempre llenarán los espacios
vacíos de nuestra existencia tal como dijo el Maestro Jesucristo “Ya no les
llamo siervos, sino amigos”.
¡Que viva la amistad! Feliz San Valentín.