Los apagones repentinos han provocado pérdidas en colmados, supermercados y negocios que dependen de la refrigeración, además de dificultar las labores en los centros de salud. Las familias se han visto obligadas a soportar noches enteras en la oscuridad y con altas temperaturas, lo que genera un malestar generalizado. La población percibe que, pese a los anuncios de mejoras, el servicio sigue siendo deficiente y sin explicaciones claras.
Ante esta situación, resulta urgente que las autoridades competentes y, sobre todo, las instituciones del oeste de Puerto Plata eleven una voz firme de reclamo. No se trata de un problema menor: la electricidad es un servicio básico que impacta directamente en la calidad de vida, la seguridad ciudadana y el desarrollo económico de nuestros municipios. Guardar silencio solo permitirá que esta deficiencia se prolongue y siga afectando a quienes más lo necesitan.
Es tiempo de que juntas de vecinos, ayuntamientos, empresarios, iglesias y organizaciones comunitarias de Los Hidalgos, Villa Isabela, Guananico y demás zonas del oeste unan esfuerzos en un reclamo conjunto. Solo así se podrá presionar a las autoridades y a la empresa distribuidora para que asuman su responsabilidad y garanticen un servicio digno, estable y continuo para toda la población.