viernes, 3 de enero de 2020

Palabras para Año Nuevo


Por José Manuel de La Cruz Vélez

Un año que se fue y otro que llega y la población espera que nueva propuesta le brinden, resulta que caemos en la rutina con algunas excepciones, pero el círculo vicioso de nosotros mismos nos permite en pensar que otro hace lo mismo. Levantarnos, tomar café, desayunar, hablar cosas sin importancia, juntarnos con los amigos, cherchar un poco y la excepción también en el círculo vicioso, levantarse, trabajo, volver a casa y día por día lo mismo.

Ahora el año arranca con la cultura de ofertación y aceptación política, hablar mentiras, convencer con falsedades y conquistar al estúpido con promesa, ánimo, sonrisas y palabras. Unas que no alimentan y otras que de emoción nos llenan, pero al rato quedamos vacíos.

¿Quién será el culpable de todo esto, acusamos al que nos engaña, pero no vemos que somos culpables, porque no tenemos habilidad, tampoco intelecto y menos buscamos la razón de una cultura que nos genere el conocimiento de liberarnos de aquellos que usan su palabra para llenarnos la cabeza de falacias, creyendo que nos llenan la barriga y también nosotros colaboramos mostrándoles a nuestros semejantes que estamos satisfechos de las barbaridades que nos dicen.

Los aspirantes a cargos eleccionarios precisamente en esta política previa, es decir los candidatos a síndicos y concejales, deben decir cuál es la propuesta objetiva que tienen para la pequeña sociedad que pretenden representar, es decir la población de un distrito, municipio o ciudad, y estar presto a debate donde los medios de comunicación masivos deben juzgar un papel importante dándoles participación a los candidatos y cuando estos no vayan hacerle el llamado público donde les expresen que el espacio está disponible y así el ciudadano pueda aceptar al candidato.

Pero, cómo puede ser que un candidato a síndico busque reelección cuando no haya buscado la puerta del desarrollo de su comunidad y cuando dicen que no tienen los recursos económicos producen asco, ya que para iniciar el desarrollo de su pueblo no tienen que tener los recursos económicos, sino que sepa él producirlo con su capacidad intelectual empleando los recursos intangibles y los tangibles de su pueblo, resulta que dicen “soy rico y estoy enriquecido y falta no tengo que buscar a nadie”.

Es decir rechazan a hombres y mujeres muy buenos de su pueblo que tienen capacidad, tienen deseo de trabajar, tienen relaciones y harían un buen aporte junto a la autoridad de la comunidad, pero ya está dicho, hombres que dirijan falta hacen, hombres que trabajen siempre sobran, estamos faltos de liderazgos que sean capaz de llamarse emprendedores, “donde en cada calamidad vean una oportunidad y no como los actuales que en cada oportunidad lo que ven es una calamidad”. Muchas gracias.