Santo Domingo.- La
profunda confrontación interna en el gobernante Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) ha dejado al desnudo otra peligrosa amenaza que pende sobre la
poderosa maquinaria electoral y quiebra uno de sus pilares históricos
esenciales: la disciplina.
La situación ha
tomado tanta dimensión que se salió del control en los más altos organismos de
dirección del partido: Comité Central, Comité Político, Tribunal Nacional de
Disciplina y Ética, y la Comisión Nacional de Resolución de Conflictos. Todos
con los brazos cruzados, observan impotentes el holocausto político que se
aproxima.
Cuando el
profesor Juan Bosch fundó el PLD el 15 de diciembre de 1973 como una negación
del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la sólida disciplina quedó
plasmada en su declaración de principios para calificarlo “Un partido único en
América”.
Por eso el dirigente
que osara violentar esta condición de originalidad se exponía a la expulsión
sumaria del partido morado y la estrella amarilla.