Poseyendo
similares condiciones climáticas, compartida posición geográfica en el planeta,
y comunes idiosincráticas características, los países latinoamericanos han
pasado, más o menos, por un similar patrón formativo.
Sucedió casi
lo mismo con todos. Habiendo tenido que soportar el holocausto de sus
originales habitantes, sometidos al terror de la destrucción y de los dolorosos
horrores traídos por los “visitantes” europeos, nuestro territorio ha sido
obligado a sufrir las infernales imposiciones del extranjero por más de
quinientos años.
Habiendo
heredado y “saboreado” esa horrenda experiencia, las naciones de
Latino-América se consideran todas queridas hermanas. Cuando las luchas
independentistas del Siglo XΙX, los libertadores de nuestras naciones contaron,
no sólo con el apoyo de sus hermanos, sino que se prestaron soldados unos a los
otros, muchos de aquellos soldados ofrendando sus vidas en aras de la libertad
de la Patria de su hermano.
Han
existido discordias y diferencias entre las mencionadas naciones, tal como es
común y natural que suceda entre los hermanos. Históricamente, cualquier
pequeño altercado o desavenencia se ha resuelto satisfactoriamente; como
sucede entre hermanos que se quieren y se tienen alta estimación.
Algunos
sapientes han dicho que los pueblos de América Latina somos uno. Todos sufrimos
el asalto de las conquistadoras hordas malignas y de los
funestos curas, sacándonos sangre de la cabeza con un palo, mientras nos hacían
tragar los pedazos de la Biblia, logrando que fuéramos una raza con la cabeza
baja, siempre dispuestos a cumplir la orden del patrón.
Desde
su fundación el 30 de Abril del 1948, la OEA siempre ha estado al servicio de
su amo, el imperialismo.”A nosotros los dominicanos nadie tiene que venir a recordárnoslo.
Nosotros
lo vivimos en la realidad en el año 1965, cuando la maldita organización nos
tronchó el camino y nos impidió las ansias de libertad, obedeciendo
los mandatos imperialistas.
La
historia de la OEA en nuestras naciones latinoamericanas ha sido larga y sucia.
No hay que perder tiempo mencionándola. Lo podríamos dejar aquí y no seguir
ensuciando mas papel con su nombre. Pero es que ahora ha aparecido un
sujeto que, como Secretario General de la malvada institución, funge como el
nuevo lacayo del imperio desde el año 2015.
No
es que el mencionado elemento merezca demasiado atención. Él ni siquiera tiene
luz propia. El Luis Almagro de Paysando, Uruguay, es lo que él
está supuesto a ser: un desconocedor del derecho que tiene cada nación
latinoamericana a elegir el tipo de gobierno y sistema que a la población de
esa determinada nación le parezca. Según yo tengo entendido, a esto es que
llaman libertad y democracia. No es verdad?
Parece
ser que el diablillo tiene problema en el ojo derecho. Cada vez que uno de los
horrorosos gobiernos reaccionarios del área hace una bellaquería o cualquier
necedad, el hombre se hace de la vista gorda. Pero el gobierno venezolano, al
que los oligarcas del mundo le están aplicando un criminal ahogo económico sólo
por querer establecer un modelo político y económico diferente, el vagabundo
está que patalea y hasta se arranca los cabellos, al ver que no están
siguiendo los mandatos de su amo del norte.
Los
venezolanos deben mantenerse unidos como el acero, luchando por su liberación. Ellos
cuentan con todo el soporte de sus hermanos latinoamericanos. Al fin y al cabo
la senda que ellos están tomando es la que deben seguir todas nuestras
naciones, tarde o temprano. La senda del socialismo. Mientras tanto, el
mentecato lacayo, que se corte una rama de eucalipto para que espante las
moscas.