Partiendo
del hecho creacionista del Omnipotente Dios dando la orden de que se haga la
luz, se expresa el concepto de que es más cierto y verdadero de que se
resplandece la verdad como lo más real, como algo tangible a los ojos de todo
ser viviente.
En
todo el espectáculo sideral fueron mostradas las evidencias de un mundo
existencialista compuesto de objetos concretos y abstractos.
Unos
se demuestran con toda lucidez mientras otros se observan de modo nebuloso por
carencia de realidad.
La
verdad es lo cierto con clarividencia penetrable y demostrable con seguridad
inequívoca; mientras lo incierto es mentira, engaño, carente de verdad y lógica
demostrable.
En
los métodos de investigación surgen hechos evidentes irradiados de realidades
translúcidas, mientras otros son casos sombríos, engañosos, tramposos y
tenebrosos.
Es
penoso que en el mundo demográfico estén surgiendo seres humanos con mente y
conciencia dañadas, perversas, egoístas provocando obstáculos para que otros no
progresen.
Así
se vive en lo personal, familiar comunitario, nacional e internacional. Otros se
olvidan de su pasado y de las personas que les rodean, no se dan cuenta que
están viviendo un mundo incierto, porque todo pasará.
Será
una actitud prudente si nos detenemos ante un stop de la vida para determinar cómo
andamos ante la creación si en lo cierto o lo incierto luchemos y trabajemos
para una mejor vida.
Hasta
el próximo número.