sábado, 17 de junio de 2017

Y mandarlo a las quimbambas



 Por el Doctor José Pérez

Poniéndolo simple, y sin profundizar demasiado, cuando un grupo de hombres y mujeres se reúnen, hablan, discuten y acuerdan crear o establecer una organización política, ellos generalmente escriben un programa, o guía de acción. En ese programa, ellos están supuestos a exponer qué es lo que ellos quieren o persiguen, qué ellos se proponen; qué tipo de agrupación es esta. ¿Es ello una asociación de campesinos, de estudiantes, de profesionales, de obreros, de mujeres, etc.? ¿Cuál es la aspiración final u objetivo del grupo? esto se conoce como estrategia. También se le puede llamar el propósito, la meta, o que se ambiciona.

Tácticas son las distintas situaciones, modos o métodos de luchas y maniobras, que se espera que van a suceder en el muchas veces penoso, amargo y arduo camino en búsqueda del objetivo. Se supone que los organizadores conocen dónde ellos están sentados, cuando hacen sus planes, sea ello un panal de avispas o una colonia de hormigas caribes; o sentados en medio de un grupo de serpientes, hienas o Demonios de Tasmania.

Como se ha hablado de formar un grupo político, no se debe olvidar que lo económico domina lo político; que las condiciones económicas del país controlan las condiciones políticas. Demostrándose aquí claramente que aunque partidos políticos y personajes vengan y vayan en un determinado país, al mantenerse las mismas condiciones económicas, ese país se mantiene en el mismo marasmo político. No importa todos los disparates que se hablen.

En las actividades sociales, y la política es una de ellas, todo no sale de acuerdo a lo planificado, porque, debido a que la sociedad humana está en constante movimiento, así mismo se mantienen moviéndose  todas las capas sociales, en tremenda y descomunal lucha. El nivel cultural, creencias nivel educativo, tendencias políticas son la supraestructura de la sociedad. La supraestructura está condicionada por las condiciones productivas, el modo de producción, los productos y su intercambio.


La infraestructura de la sociedad la componen las edificaciones, estructuras físicas, avenidas, trenes, carreteras, aeropuertos,flota naval, plantas de poder eléctrico, represas, etc. Una supraestrctura sustentada o proveniente de una ideología avanzada, produce una infraestructura que satisface a la población general del país.

Todo aquel que desee tratar la actividad política como un juego, está cometiendo un error ridículo y criminal, que se puede convertir en fatal. Es criminal porque ellos exponen las masas populares a recibir las embestidas de los explotadores. En el quehacer político de hoy, quienes principalmente caen en esto son los llamados oportunistas. Estas son gentes que quieren estar en el medio; les gusta hacer lo que está a la moda, son como los monos que saltan cuando oyen el ruido que otro produce. Por su incorrecta manera de pensar y actuar ellos contribuyen con el mantenimiento del sistema de explotación. Estos elementos se dejan arrastrar y manejar por el espontaneismo.

Así que es común oír personas hablando de revolución, pero muchos de ellos ignoran que una revolución no es una palabra; una revolución es algo en movimiento, algo que taraquea. Si se está impulsando un movimiento revolucionario y en algún momento el poderoso, el explotador, el enemigo, comienza a protestar, a gritar con enojo, usted probablemente está llevando a cabo una revolución. Esta respuesta de los reaccionarios, podría tomarse como un parámetro o señal para percatarse si el camino que se está recorriendo es correcto.

El poderoso de esta época es sumamente poderoso, tiene armas, tiene enormes recursos económicos, tiene tierras, tiene gente comprada, tiene la prensa de su lado. Pero existe algo más poderoso que el más poderoso de los poderosos, y esto es las amplias mayorías de la población, los pobres unidos.La revolución popular es algo tan estremecedor que muchas veces, muchas de las personas que la promueven, le cogen miedo y huyen llenos de temor. Esto se ha visto en todos los países a través de la historia, que numerosos impulsores no pudieron aguantar el calor y la presión. Como decía Chepe el Prieto, uno de los tres hermanos que una vez vivieron en el viejo camino de Marmolejos y que yo conociera cuando era un niño, que “no es lo mismo llamar al diablo, que ver al diablo”.

Algunas personas se llenan de confusión y no comprenden, ni tratan de entender lo que está sucediendo. Hubo casos, como algunos que yo oí cuando pequeño, en relación a  allegados a Fidel Castro, que cuando triunfó la revolución cubana, algunos de los familiares estaban afilando los dientes y pensando que iban a ser millonarios, pero cuando vieron que el tipo no robaba, ni había quién lo corrompiera, salieron huyendo, intrigando, vendiéndose y consiguiendo dinero con los enemigos de la revolución. Como quiera, ellos encontraron quien les pagara, aunque el pago fuera  en billetes que olieran a pantano de puercos.

Cuando la revolución sandinista, hubo muchos que lucharon por el triunfo de la revolución nicaragüense, pero cuando vieron la verdad huyeron y se le entregaron al imperialismo, haciendo criminales componendas con el carnívoro Ronal Reagan, uno de los presidentes más corruptos y violadores de la Constitución que ha pisado el gobierno de los Estados Unidos.

Claro, es de esperarse que en algún momento las emociones humanas, y las humanas pasiones van a aflorar, presentando a las personas de la manera que ellas son, sin tapujos, cobertura, hipocresía ni disimulo. Esto se podría considerar como uno de los mejores espejos para mirar los humanos, cuando están en apuro, inconfortables, inseguros, porque no obtienen tiempo para cubrir apariencias y fingir. Otro interesante aporte del proceso revolucionario en el individuo, en un momento dado.

Yo no me estoy refiriendo aquí a los traidores y agentes, que siempre los hay. Estoy hablando de gente que en algún momento se llamaron “revolucionarios” pero no contaron con la entereza para aceptar el cambio, para “digerir” los cambios revolucionarios. Hay que prepararse para hacer la jornada hasta lo último, sin temor, con entrega, con obtimismo, confortable en la estrechez, derecho como una flecha. Es Vladimir Ulianov, mejor conocido como Lenin,quien perfectamente explica lo que es el oportunista, aquel que  “se mete en un berengenal,”del que cree que el movimiento es “bonito” sin percatarse de que en la actividad revolucionaria esa palabra no existe. Busquen en el Internet los diversos libros de Lenin acerca del Oportunismo, para que ustedes vean cómo él los desarropa y los desenmascara.

Lenin profundizó en el tema al observar cómo los movimientos políticos y obreros de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y otros países se estaban dejando apoderar por esta tendencia sin principios y  pequeño-burguesa, que en la práctica demostró cómo se desnaturaliza la corriente marxista, para beneficiar la burguesía y los explotadores. De aquí procede que el marxismo es una corriente científica tan justa, correcta, óptima, apropiada y necesaria para seguir como guía para la liberación de las naciones, que los enemigos mas enconados y feroces del marxismo, se visten de marxistas para tratar de destruir el avance del marxismo.¡cantos de quimera!  

Miremos el caso de Allende, querido y admirado por todos los jóvenes idealistas y soñadores del continente, aupado por grupos políticos que no escucharon a las verdaderas corrientes revolucionarias de Chile, cuando correctamente, y guiados por buenas intenciones, los denunciaban diciéndoles de mil maneras que ellos iban por el camino errado, que el revolucionario quisiera evitar que corra la sangre, pero no debe tener miedo si corre la sangre. Y aquí es donde entra el papel de los oportunistas, que tratan de subsanar y contemporizar, y hacer alianzas y compromisos con los terratenientes, grandes burgueses, y altos prelados eclesiásticos, que ya tienen experiencia de cómo se masacran las masas populares, sin importarles que corra la sangre.

El chileno es un perfecto ejemplo. Los que se llamaban “revolucionarios”,incluyendo el presidente, no actuaron ni hicieron lo que tenían que hacer, porque no querían “que corriera la sangre”.Ellos contaban con la gran mayoría de la población chilena. No existe un ejército, por poderoso que sea, que sea más poderoso que todas las gentes de una nación. No, no lo hay. Entonces,¿Qué pasó? Sucedió que los reaccionarios vieron las dudas, las tibiezas, los llamados al diálogo y a la calma, y aconteció la tenebrosa tormenta de los diecinueve años. La población tuvo que pagar por la falta de determinación de esos tales “dirigentes”. Desde el 1973 hasta el 1992, dizque; la sangre de las decenas y decenas de miles de pobres, obreros, campesinos profesores, estudiantes, poetas, cantantes se regó, y salpicó aquel país, rebozando cañadas, que se tiñeron de rojo.

Así fué como aquellos “dirigentes” les dieron “comida” al monstruo y sentaron las bases para que los burgueses, los latifundistas y los carteles internacionales, se adueñaran totalmente de su país. Y no importa que ahora los señalen con el dedo y les llamen ”asesinos”,porque ya ellos hicieron su papel histórico, el papel de destruir un hermoso sueño que nunca pudo convertirse en realidad.
Sólo porque a muchos se les olvidó que “los cobardes no hacen revoluciones, sólo los valientes”

Sudamérica, al igual que África son continentes con tremendas creencias supersticiosas, preparados y programados por siglos por los explotadores. Allí se venera el respeto al “mandamás” ; la mayoría de los habitantes se mueven con el “sí, patroncito” y el “sí, padrecito” Ningún país de ambos continentes ha podido desarrollar un movimiento obrero y campesino que le pese “los ruedos de los pantalones” ¿Podría Venezuela tener el honor histórico de ser el primer país socialista de Sudamérica y África?  Fidel Castro y Hugo Chávez lo soñaron así.

Bueno, vamos a sentarnos en esta mecedora a mecernos mientras miramos lo que pase. El mundo está con ellos. Esperemos que no se pongan a hablar “plepla” y a tratar de hacer alianzas con los poderosos latifundistas y los murciélagos “prelados”,porque entonces va a haber que empezar a buscar los picos y las palas para cavar las cañadas por donde va a correr la sangre de los desposeídos, y entonces los óseos cadáveres de Fidel Y Chávez se van a comenzar a reír amargamente, con un penoso “triquitraque” desde sus tumbas en el Cuartel de la Montaña y el Cementerio de Santa Ifigenia, al ver cómo los mentecatos que les gusta llamarse “revolucionarios” llenan las cárceles venezolanas y las fosas comunes en esa hermosa tierra.

Que se recuerden, que ya Bolívar no está allí para defenderlos con su valiente espada. Que si ellos no se ponen los calzones, y arman los obreros y la población empobrecida de Venezuela “los que no tienen nada que perder”;si ellos no centralizan los bancos y la economía del país, si no cierran la frontera con sus vecinos, los “alegres colombianos”,ellos van a pasar “el Niágara en bicicleta” y van a hundir su país; y el monstruo blanco va a venir a bañarse orgulloso en sus enormes reservas petroleras. Y las gotitas de petróleo que salpiquen mientras él se bañe, les caerán en las caras a los bufones de Perú, Brasil, Argentina, etc. que también reirán al mirar a su amo ufano y soberbio.

Ya el monstruo blanco está haciendo planes con el gobierno corrupto de Panamá, el gobierno atrasado del viejo judío Pedro kuczynski, de Perú, el carnicero Santos de Colombia, el bribón sin concepto Temer, de Brasil  y la colonia inglesa de Canadá. Dicen que van a practicar en la Amazonia. Pero muchas gentes se están preguntando: ¿a practicar qué? Porque allí sólo hay sapos, monos, armadillos, pirañas  cocodrilos, anacondas, y algunos otros pequeños animales; espesos bosques, más algunas comunidades de aborígenes que se les pudieron escapar a los malvados y malignos portugueses.

Probablemente muy pronto se escucharán los tambores de la guerra, destruyendo ese encantador  continente, que es precisamente lo que ansiosamente quieren el monstruo Uribe, el soñoliento Macri, los muchachos de Paraguay y el endeble servidor Peña Nieto. Todos aquellos que no pueden dormir, por el temor al socialismo, el único sistema político que puede salvar al planeta Tierra. No caben  dudas que el proceder repugnante y traidor de estos personajes, produce un repentino deseo de entrarlos en un saco y…. ¡Mandarlos a las quimbambas!