La familia como órgano principal en la sociedad, es la más
llamada a ejercer la misión de formar integralmente a los hijos con el propósito
de obtener hombres y mujeres probos y capaces de poner en alto los mejores
dotes de pulcritud, respeto y armonía en todo lo que se emprende en la vida.
De los actores principales en la formación de los individuos,
la familia juega el papel primordial sembrando conciencia clara de cómo actuar
a la vista de los demás con pensamientos claros y puros.
Debe procurar el auxilio de otros organismos como son la
escuela, las universidades, institutos y la iglesia como madre y maestra.
De la familia salen los entes sociales que propicia el bien,
pero lamentablemente también salen los delincuentes perversos y de los malos
sentimientos.
El espíritu de trabajo y superación deben ser inculcado por
los padres y madres.
Se debe incentivar para la sana convivencia, respetando la
vida personal y de los demás con perfección crítica para darse cuenta de sus éxitos
y sus fracasos, así como el de sus valores.
Imprime carácter de respeto y obediencia a Dios y la creación
en todas sus dimensiones.