domingo, 2 de agosto de 2015

Reflexión ante un proceso electoral que se avecina

Por Antonio Fernández Acevedo

Los últimos acontecimientos proselitistas ocurridos en el país dan a entender que la política es un gran negocio donde salen beneficiados aquellos que han tenido la oportunidad de estar cerca del poder.

Como el poder emborracha, el que hace uso de él considera que ninguna otra persona tiene la capacidad de dirigir o de ocupar un cargo de importancia.

Lo mejor es estar encumbrado y gozar de los mejores privilegios, sin olvidar que por la escalera que le tocó subir, quizás no le toque bajar y sea de golpe.

Hay un dicho popular que reza: Que si te toca ser martillo dale duro al clavo, pero si se voltea y te tocaría ser clavo tiene que aguantar.

A cuántos nos ha tocado ayudar a los partidos a ocupar las escalinatas del Palacio y estando allí no se recuerdan que le extendimos las manos y que ya no nos dan el abrazo que antes nos regalaban a cambio de un voto y que ese voto sólo sirvió para que se burlaran de nosotros.

En esta oportunidad varios partidos se unen con la finalidad de burlarse de la población que esperaba lo mejor, pero no ha sido así, ya que cada día que pasa los servicios de salud, educación, transporte, etc, son más ineficientes.

Ante esta situación, no nos cabe más que hacer un llamado a reflexionar para que no nos dejemos engañar de nuevo, o quizás quienes nos gobiernan quiere cambiar de actitud y se dirija a los más necesitados brindándoles las atenciones necesarias y que sean más justos, porque los ojos del pueblo están mirando todas las desigualdades que muestran nuestras autoridades cuando tienen que ofrecer algún servicio que es de su responsabilidad y no creerse que es una propiedad suya ya que le pertenece al pueblo.


Quien escribe no tiene preferencia política partidista, para que no se vaya a pensar que con mis pronunciamientos quiero favorecer a algún partido, por lo que pido a gobernantes  gobernados a ponerse de acuerdo y darle un mejor servicio a la población para que sean dignos de aceptación y puedan seguir dirigiendo la nación, pero si se sigue como hasta estos momentos se ha hecho, pueda ser que la fiesta termine y comience otro músico a divertirnos o a hacernos sufrir mucho más.