Por Parmenio Paulino Nuesi.- La imagen de la República Dominicana está siendo sometida por sectores irracionales a una campaña de descrédito, con
la complicidad y la colaboración de las autoridades haitianas, cuya intención definitiva
es presentarnos ante el mundo como un país racista, xenófogo e inhumano, y
sentar las bases necesarias para la aplicación de sanciones por organismos internacionales.-
Una serie de infamias lanzadas en los
últimos días por funcionarios y representantes de estos organismos, se han
iniciado a raíz del vencimiento de plazo otorgado por las autoridades
dominicanas para la regularización de extranjeros, esta ha sido difundida por
medios internacionales, socavando la integridad moral y económica del pueblo
dominicano.-
Hemos repetido con elementos
sustentables la ingratitud de las autoridades haitiana frente a la nación
dominicana y la doble moral que forma parte de sus hábitos. En cambio, el
pueblo dominicano esta llamado a fortalecer su unidad y la defensa en favor de
la patria de Duarte, sobre todo, en estos momentos de intentos oscuros que pretenden
vulnerar nuestra soberanía.-
Resulta ridículo y carente de objetividad,
el llamado reciente del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para La Defensa de Refugiados (ACNUR),
con sede en Ginebra, que insta al gobierno dominicano a “No deportar” los que
ellos llaman, “Ciudadanos Apátridas”.
Dejando de lado la verdad absoluta de que los hijos de haitianos nunca
serán apátridas, pues su Constitución le reconoce su nacionalidad de haitianos
sin importar el territorio donde ocurra su nacimiento.-
Del mismo modo hemos visto el llamado
del Alcalde de Nueva York Bill de Blasio, quien solicito promover y difundir un
boicot a las actividades turísticas de la república dominicana, con el
propósito de que sus autoridades suspendan las deportaciones que se pretende iniciar
contra los indocumentados haitianos.
Esta es una muestra de la prepotencia e ignorancia del Alcalde de NY al
derecho que le asiste a nuestro gobierno de preservar la soberanía nacional, con
la aplicación de los principios establecidos como norma constitucional.-
Con el plan de regularización el
gobierno dominicano pretende organizar sus migrantes, mayorías haitianos, y los
beneficiara con una serie de conquistas laborales y sociales que su país y su
gobierno no les ofrecen, ni les garantizan. Sin embargo, el gobierno haitiano y su
presidente Michel Martelly apuestan al fracaso sometiéndolo al rechazo y al
desprecio, negándoles sus documentos originarios y renegando de su propia
raza.-