Humanamente tenemos libertad para tomar decisiones haciendo
uso de la inteligencia.
Para descubrir los secretos que se adhieren a la providencia
para saber escoger lo que más conviene. De acuerdo a una aptitud visionaria se
puede triunfar o fracasar. Si caminamos por el camino de luz se alcanzará una
mejor vida, pero quien se amilana en la trayectoria de su existencia fracasa.
El bien se define como el estado de paz, alegría, júbilo;
mientras el mal es opresión, amargura, tiniebla, perdición. Debemos educar para
el bien, mediante el triunfo con exuberantes conocimientos de los valores
humanos, económicos y divinos. Desde el Génesis de la vida el Supremo Creador
prefirió darle al hombre los mejores recursos para tener fuerza en el éxodo de
su existencia.
El trabajo educativo que ejerce la familia, la escuela, la
iglesia como las instituciones debe ser para la felicidad de cada hombre y
mujer para que no sean derrotados ni fracasados.
El bien se infiere como la actitud de valorar a la persona
sin mirar la condición física y emocional. El libro de la sabiduría narra como
comportarse en la vida presente para alcanzar la futura, llámese salvación
eterna.
Felicidades a todas las Madres
Pido a Dios que acoja a Luís Santiago Sánchez
Espinal, en su santo seno.