
El portavoz adjunto del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca Ned Price
aseguró en un comunicado que la historia de Hersh, publicada el domingo en el
London Review of Books, tiene “demasiadas imprecisiones y afirmaciones sin
fundamento”.
“La noción de que en la operación que acabó con la vida de
Osama Bin Laden fue otra cosa que una misión unilateral de Estados Unidos es
evidentemente falsa”, afirmó Price, que mantuvo que la operación solo fue conocida
de antemano por un reducido círculo de altos mandos estadounidenses.
Estados Unidos ha asegurado en todo momento que la operación
de las fuerzas especiales de los Navy Seal del 11 de mayo de 2011 contra un
complejo de la localidad paquistaní de Abbottabad, donde se escondía Bin Laden,
líder de Al Qaeda, se realizó de manera unilateral y en secreto.
“El presidente decidió no informar a ningún gobierno,
incluido el Gobierno paquistaní, que no fue notificado hasta que la operación
finalizó”, explicó hoy Price.
El extenso artículo de Hersh se basa en las revelaciones de
un alto oficial de inteligencia estadounidense retirado, que era conocedor de
las informaciones recibidas sobre la presencia de Bin Laden en Abbotabad, donde
se encuentra la mayor academia militar de Pakistán.
Hersh asegura que la inteligencia paquistaní (ISI) había
capturado a Bin Laden y lo escondía en Abbotabad con la intención de entregarlo
cuando el “quid pro quo” fuera el más conveniente para Islamabad.
Según su relato, la Casa Blanca supo de la presencia de Bin Laden por
la revelación de un miembro del ISI que buscaba la recompensa de 25 millones de
dólares por el líder terrorista que ofrecía Washington.
El artículo asegura que altos mandos de inteligencia y el
Ejército de Pakistán sabían que la operación se iba a producir, hasta el punto
que los paquistaníes guiaron a las fuerzas especiales estadounidenses hasta el
escondite de Bin Laden.
El autor también asegura que el objetivo final de la misión
no era capturar a Bin Laden vivo, sino ejecutarlo y deshacerse de su cuerpo, y
que Obama decidió hacer pública la muerte del terrorista inmediatamente con la
intención de utilizar el logro para facilitar su reelección en 2012.
Fuentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) aseguraron
al diario The Washington Post que el artículo de Hersh es “un total sin sentido”.