Padre Lucas Núñez.- Estamos
estrenando el segundo mes del año, seguimos transitando por la vida, fijos los
ojos, la mente y todo el ser en Jesús que nos seguirle y servirle.
El
campo de acción son los enfermos, un campo amplio donde podemos ejercitarnos.
Por cualquier lugar que nosotros nos movamos; en la familia, en un sector, en el pueblo, en el campo vamos a encontrar enfermos, es una propicia ocasión para acompañarlos, para escucharlos, para consolarlo, para orar por ellos, para presentar a Dios ante ellos, para prepararles a recibir el o los sacramentos de la unción, de la comunión y los que sean necesarios.
Se nos propone el valor de la sensibilidad: ser sensible ante los hermanos especialmente los enfermos.
Tenemos muchos enfermos tanto físico como espiritualmente, nos toca a nosotros sensibilizarnos con ellos quienes esperan manos solidarias, para superar su condición de enfermedad que padecen.
Por cualquier lugar que nosotros nos movamos; en la familia, en un sector, en el pueblo, en el campo vamos a encontrar enfermos, es una propicia ocasión para acompañarlos, para escucharlos, para consolarlo, para orar por ellos, para presentar a Dios ante ellos, para prepararles a recibir el o los sacramentos de la unción, de la comunión y los que sean necesarios.
Se nos propone el valor de la sensibilidad: ser sensible ante los hermanos especialmente los enfermos.
Tenemos muchos enfermos tanto físico como espiritualmente, nos toca a nosotros sensibilizarnos con ellos quienes esperan manos solidarias, para superar su condición de enfermedad que padecen.
Acompañar es la mejor ayuda que podemos ofrecer además de ayuda económica para suplir las necesidades que hay que remediar. Ese acompañamiento tiene que estar junto a la alegría de servir en nombre del Señor, de la disponibilidad de hacerlo con amor (Lo que otros hacen por obligación el cristiano lo hace por amor).
El
lema del mes “estuve enfermo y me
visitaron”, Jesús nos recuerda que lo que hacemos con los hermanos lo
estamos haciendo con él. Jesús se hace presente en el necesitado, en el que
sufre, en los que pasan por el dolor.
Las
congregaciones religiosas femenina: son mujeres que consagran sus vidas al
servicio de los demás, especialmente de los más necesitados de la sociedad.
Ellos son un soporte espiritual y moral para la familia y toda la sociedad. Les
invitamos a elevar una oración al Señor
por las congregaciones religiosas femeninas para que su trabajo fecunde con
frutos de buenas obras en la sociedad, en la Iglesia.
Les
invitamos a que visitemos, oremos y acompañemos a los enfermos, que su dolor
sea mitigado con nuestra frecuente
presencia.
En amor y solidaridad camino a la
santidad.
P.
Lucas B., P. Jimmy, P. Marcelo., P. Adriano, P. Lucas C., P. Juan Báez