“Derramaré mi Espíritu y todos Profetizarán” (Hechos 2,18)
Amadísimos en Cristo Jesús, Señor y Salvador de nuestras
vidas:
Paz y bendición a todos, En este mes de Septiembre la Iglesia nos invita a vivir
de un modo particular el valor del Profetismo. A descubrir a Cristo, el Mesías,
al verdadero Profeta del Padre enviado por Dios Padre como portador de su
mensaje de salvación y liberación para toda la humanidad.
Jesús, modelo de Profeta, que nos trae un mensaje de
esperanza, de amor y de solidaridad. Nos anuncia la “Buena Noticia” del Reino
de Dios que se acerca a nosotros para que podamos alcanzar la
Vida Eterna , vivir en plenitud y disfrutar
de la verdadera alegría, más allá de los problemas y situaciones que se nos
presentan en la vida, con la salud, en el matrimonio, en la familia, en el
trabajo, etc.
A través de los tiempos, Dios ha suscitado hombres y mujeres
con la misión de ser portadores de sus designios y de transmitir su voluntad a
su Pueblo para guiarlo y edificarlo. Como hizo en su momento a través de las
enseñanzas y mensajes de los Profetas, a los cuales les confió la misión de
anunciar la venida de su Hijo Amado, nuestro Señor Jesucristo, el cual con su
muerte y resurrección nos obtuvo el perdón de nuestros pecados y nos abrió el
camino hacia la Vida Eterna.
Pero la Iglesia ,
el Pueblo de Dios, sigue necesitando hoy nuevos Profetas para continuar la obra
redentora de Jesús e instaurar su Reino de amor, justicia y paz.
Por el Bautismo, y el Poder del espíritu Santo que recibimos
en este Sacramento, estamos llamados a ser profetas. A ser portavoces de la Palabra de Dios:
anunciando la salvación, invitando al arrepentimiento y a la conversión;
denunciando el mal, el pecado, luchando contra todo aquello que nos aleja de
Dios, que nos quita su gracia, que rompe nuestra amistad y comunión con Él y
los hermanos. Dios cuenta con nosotros para que seamos sus profetas de estos
tiempos. Por eso debemos responderle con el sí del amor, ¡aquí estoy Señor para
hacer tu voluntad!, ofreciéndole lo que somos y tenemos. Para ser su rostro
visible en un mundo que pierde la fe, para ser su corazón en un mundo que no
sabe amar y ser sus manos para ser solidario con el hermano pobre y
desamparado.
Cristo es el modelo de Profeta, a quien debemos seguir como
ejemplo, proclamando el Reino del Padre con el poder de la Palabra de Dios y el testimonio
de la propia vida para que los valores del Reino de Dios y del Evangelio brillen
en la vida diaria, familiar y social. Dios cuenta con nosotros, para que seamos
sus profetas y juntos colaboremos con el Señor en su obra de salvación, de plenitud
y de felicidad para toda la humanidad.
El Señor les bendiga a todos y que Nuestra Señora de Las Mercedes, cuya fiesta celebramos en este mes, nos obtenga todas las gracias tanto materiales y espirituales para nuestro país y nuestras familias.
El Señor les bendiga a todos y que Nuestra Señora de Las Mercedes, cuya fiesta celebramos en este mes, nos obtenga todas las gracias tanto materiales y espirituales para nuestro país y nuestras familias.