Martha Martínez |
¡Muy buenos días y muchas bendiciones a toda mi gente buena de la
zona oeste de Puerto Plata y de todas partes!
Espero que nuestro gran Padre Dios les esté bendiciendo rica y
abundantemente, y que todas y todos ustedes y sus familias se encuentren en
excelente estado de salud, que es lo más importante. Con salud y la bendición
de Dios, todo lo demás se puede conseguir trabajando y luchando. Por eso es tan
importante cuidarla, porque sólo con ella estamos en condiciones de hacer lo
necesario en cualquier momento por nosotros y nuestros seres queridos.
Primero que todo, quiero agradecer las muchas llamadas y mensajes
recibidos en las últimas dos semanas, en relación con tres momentos
importantes: la defensa exitosa de mi Tesis de Maestría, el Día de las Madres,
y la publicación tan hermosa y tierna que realizó mi querido hijo Frederick en
mi perfil, motivado precisamente por esta fecha de amor, y que tanto ha gustado
e impactado a muchas personas. ¡Es maravilloso poder constatar que tus hijos
sienten y expresan lo que has sembrado en ellos en tantos años de vivir por
ellos y para ellos! Entonces, gracias del alma para todas y todos, por seguirme
y apoyarme en estos tres momentos. ¡Dios les bendiga!
Y por supuesto, quiero felicitar con cierto retraso a todas las
madres por su día recientemente celebrado, y exhortarlas a que sigamos
trabajando en nuestro rol principal en la obra de la vida, para poder ofrecer a
la Patria
hijas e hijos que sean personas de bien. ¡Adelante, Madres!
Por otra parte, debo decirles que mi salud no ha estado nada bien
últimamente. Luego de la defensa de mi Tesis, durante la cual sufrí
accidentalmente un fuerte golpe en la cabeza que aun está en estudio, he
enfermado fuertemente con una virosis que me ha tenido más de diez días
consecutivos con fiebres muy altas, decaimiento general, tos muy fuerte e
intensa, dolores en todas partes y otros síntomas. Y como parte de los estudios
que me han realizado, se han descubierto otros delicados problemas de salud que
debo atender de forma urgente, precisamente para cuidarme y poder desarrollar y
llevar adelante todos los planes e importantes tareas que ya están en marcha o
en proceso de preparación, de las cuales tanto hemos compartido con ustedes en
este espacio durante la campaña al Comité Central y después del triunfo.
Parece que le he exigido demasiado al organismo en los últimos tiempos, y
está reaccionando así, defendiéndose de la sobreexplotación, para forzarme a
atenderlo mejor.
Por estas razones, se ha visto recientemente afectada la
continuidad y sistematicidad de mi trabajo educativo, ideológico, político y
cultural con ustedes. Espero recuperarme pronto y por completo, para retomarlo
todo y seguirlo llevando adelante. Y mientras tanto, seguiré publicando y
poniendo a su disposición interesantes materiales de lectura, para seguir
contribuyendo y aportando en lo posible.
Hoy les traigo una verdadera joya literaria, cuyo solo título: ¡Oh,
Dios, cómo te amo!, es una invitación a la lectura, al estudio
y a la asimilación de este breve, intenso y hermoso texto. Es
el testimonio de una latina emigrada a Canadá, que nos propone su historia de
vida, en la cual se demuestra contundentemente la presencia de Nuestro Señor
Jesucristo en ella, como camino idóneo y único hacia el Padre. Pero es también
una historia de fe, de superación personal, de contribución, de lucha y de
trabajo, de amor a la vida y a la humanidad, y por supuesto, a Cristo.
He aquí algunas breves líneas del texto en cuestión, que invitan a
su lectura inmediata:
La verdad, lectores, es que yo soy prueba viviente de que nuestro
Salvador es real en nuestras vidas. No hay nada más poderoso en Su Reino que la
oración, especialmente cuando se pide con amor. Yo les puedo asegurar que
nosotros podemos obtener todo lo que anhelemos para nosotros, para nuestros
seres queridos o para las causas por las que rezamos, si lo hacemos con amor y
con fervor en nuestros corazones. El fuego que emana de nuestras oraciones es
infalible, y así aprendemos a disfrutar el privilegio de ser amados por
Jesucristo... Cuando le encomendamos nuestras vidas, no estamos arriesgando
nada; por el contrario, estamos poniéndonos a su disposición para recibir
privilegios tales como avanzar en nuestras carreras u ocupaciones, y, por su
merced, es posible obtenerlo todo.
Y aquí tienen el enlace para que puedan leerlo, descargarlo,
imprimirlo o compartirlo. Espero lo disfruten mucho, y que este profundo
testimonio les sirva como orientación y estímulo para seguir creciendo, y enseñando
a sus hijos el camino correcto a Dios y hacia su plena realización como seres
humanos.
Debo decir que el mensaje de este texto no es patrimonio de una u
otra tendencia dentro del cristianismo. ¡Podemos en ese sentido pensar
diferente, pero la palabra y la influencia de JESUS en nuestras vidas y caminos
no están en discusión, y esta autora lo demuestra! Y para el trabajo educativo,
ideológico, político y comunitario, para luchar por una Patria mejor para
todas y todos, la palabra y la presencia de Dios son guías indispensables
para cada uno de nosotros.
Dios les bendiga mucho, mi gente buena. Nos vemos pronto de nuevo
en este espacio, para seguir compartiendo y contribuyendo. Abrazos fuertes de
quien les quiere mucho y siempre, su...
MARTHA MARTINEZ
SERVIR, EDUCAR Y APORTAR