martes, 22 de mayo de 2018

Mondo y Lirondo


Por el Doctor José Pérez

Han pasado más de 500 años desde que el“Ciclón Batatero” europeo comenzó a soplar y asolar estas tierras americanas. Los engreídos y altaneros que asesinaron y aniquilaron las poblaciones indígenas y se robaron las riquezas, para que los aristócratas de Europa engordaran como puercos, todavía hoy, después de tantos años, piensan que Latinoamérica sigue siendo su letrina.

De la manera que ellos lo ven, nuestros países no tienen derecho a ser libres, ni independientes ni soberanos. Ellos se engrifan y pierden la razón cuando un Sandino, un Fidel o un Chávez hablan de “autodeterminación.” Impiden, y se oponen esos europeos a la independencia económica e industrialización de nuestras naciones. Les gusta vernos famélicos, arreando chivos o halando un burro con una soga. Disfrutan cuando ven a nuestros hijos con las barrigas grandes, cargadas de lombrices, caminando descalzos con sus piececitos enlodados.

Entonces ellos vienen y se complacen fotografiando la pobreza, a “ayudar a los pobres” dicen. Les gusta tener una “parte atrás” donde ellos puedan expresar su ruin hipocresía. Si aparece un Martí que quiera cambiar la foto, para que nuestra gente pueda vivir decentemente, ellos lo asesinan; si surge un Allende que les explique a las gentes que no se dejen robar sus riquezas naturales, ellos lo asesinan; si vinieran Manolos, Caamaños,
Zapatas, Farabundos, Gaitanes, que arenguen a las poblaciones para que se pongan de pie, allí caen asesinados por los arrogantes que creen que las ideas “se matan”.

Las malvadas sanciones impuestas contra Cuba, y el cruel bloqueo mantenido después de triunfo de la revolución de 1959, han mantenido a esa Perla Antillana, sin poder industrializar, enana en su empeño por los avances tecnológicos necesarios para su desarrollo; lenta en el despegue de las nuevas generaciones hacia el vuelo socialista. Odiosa y espantosa limitación del oxígeno para tratar de ahogarla económicamente.

Se repite otra y otra vez la demente obsesión; la enferma y repulsiva creencia de que las naciones latinoamericanas no tienen derecho a la educación, a la salud, al trabajo digno, al decoro y al respeto. Nos quieren mantener viviendo con el pie en el cuello, y esperan que nos guste. De manera mendaz se robaron las elecciones de la pobre Honduras; con sucias maniobras se apoderaron del gobierno de Brasil; perversamente convirtieron a Méjico en una “caldera de grillos”;y apretaron aún más el tornillo de la prostituta callejera conocida como OEA.

Como finos ladrones adulteraron las elecciones de Chile, Paraguay, Guatemala y Costa Rica. Les empezaron a “calentar las calles” a los “simplones” que gobiernan a la heroica Nicaragua, obligándolos a buscar refugio en el hediondo regazo de los malhechores eclesiásticos, los maestros del odio y sostén del dominio imperialista en nuestras tierras. Funesto error político que los empujó hacia esos lobos para mantenerlos vigentes y darles protagonismo. Bien podridos deben de estar los huevos nicaragüenses, para que hayan aislado así a un pueblo tan valeroso y guerrero.

La letanía de los que se consideran “dueños del mundo” es “que ellos no quieren otra Cuba en Suramérica.”Para ellos, la opinión de los venezolanos, a los que ellos llenos de prepotencia y racismo llaman” monos e indios patas rajadas” no existe.”Nosotros queremos nuestra “democracia” donde nosotros pongamos las reglas y se protejan “nuestros intereses”, dicen ellos. Mientras tanto, los “intereses” venezolanos son ignorados.”El deseo de autodeterminación y soberanía de los venezolanos no es nuestra prioridad,” piensan los pérfidos.

Hay un profundo trasfondo reaccionario. Es el mismo que inició la aventura del 1939, para “acabar con la idea socialista” en el continente europeo y el mundo, sin importarles que el conteo final arrojara la horrorosa cifra de 50 millones de personas. Es el macabro pensar fascista de que “si las gentes son los que llevan en ellos las ideas, pues hay que destruir las gentes”

Sea como sea, parece que en Venezuela, esta vez la rebeldía se ha acompañado de gallardía. Las tétricas mafias de Miami, el moribundo llamado “Grupo de Lima”, y los “alegres vecinos” expertos en el tráfico de drogas, al menos por ahora se quedaron mondos y lirondos