Por Chico Maxiss.- (Villa Isabela, Puerto Plata).- Es profundamente triste ver partir a jóvenes —de ambos sexos— a causa de accidentes de motor que dejan luto, dolor y un vacío enorme en nuestras comunidades.
La juventud tiene una chispa especial, esa energía única que muchas veces nos hace sentir invencibles… pero es precisamente la madurez, la experiencia y los tropiezos de la vida los que nos enseñan a no dejarnos dominar por esa adrenalina.
Hoy, mi amigo Waddy Sánchez (el Súper Bombero) enfrenta uno de los golpes más duros que puede recibir un ser humano: la partida de su hija, en medio de un accidente de motor.
Cada accidente nos deja una lección dolorosa. Cada vida perdida es una alerta que nos llama a reflexionar, a conducir con responsabilidad y a hacer todo lo posible para evitar que la historia se repita.
No conozco las circunstancias exactas de lo ocurrido, pero sí sé que Rossy Sánchez, una joven llena de vida, con sueños y metas por alcanzar, ya no está. Y eso nos toca a todos.
Porque cada accidente de motor en nuestra comunidad nos responsabiliza como sociedad… y nos recuerda que la prevención es tarea de todos.
Nos Unimos al dolor de toda su familia... E.P.D.