domingo, 29 de septiembre de 2019

Transparencia en el actuar


Por el Lic. Eddy Arias Gómez

La vida se asume como un cristal, mediante el cual se vislumbra el horizonte lejano para llevarnos a la realidad del entorno que nos rodea, convirtiéndose en un jaspe translúcido para llevarnos a realidades tan ajenos al pensamiento o conocimiento misterioso de lo que la esperanza encierra para un mejor porvenir.

Hoy vemos los hijos en su aspecto físico pero al desconocimiento de lo que el futuro esconde como algo promisorio para llegar a la felicidad plena y perdurable. Ellos son el futuro del trabajo y el trato que se le dispense (Formación Integral como persona).

Tal como dijera el destacado Dr. César Mella, sobre la realidad social de nuestros hijos hoy día, la convivencia familiar.

¿Cómo está viviendo la sociedad actualmente? Hijos sicarios.

Yo me plantearía la siguiente pregunta ¿Cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?

A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella.

Se levantan irritados porque se acuestan muy tarde viendo televisión por cable, jugando, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por internet. No se ocupan de su tarea ni que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.

Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, esto no puede faltar, como tampoco el pago de su actualización. Hoy los hijos muchas veces sin merecerlos presumen a los celulares más caros y novedosos. El Nixte más costoso, la computadora portátil mas equipada, nada le costó, si se descomponen para eso están los padres.

Idolatran amigos y personalidades de realitys de M.T.V. ¡Ah! Viven encontrándoles defectos a los padres a quienes acusan de ser desfasados y que usan métodos pasados de moda. Se cierran automáticamente a quien le hable de moral, honor y buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido, ya saben de todo y lo que no lo consulta por internet.

Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellos, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo, incluso su cuota mensual sin que trabajen por ella, y todavía se quejan porque eso no me alcanza. Si son estudiantes siempre inventan trabajo de equipo o paseo de campo, que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando menos alcoholizados.

Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: Yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme.

Después de graduados hay que pagarles las deudas y costearles partos de sus hijos o criárselos apoyados.

Este problema es mayor en los chicos de la sociedad de clase media, media alta o de capa urbana que bien podrían estar entre los 14-28 años; para los padres que tienen 3 ó 4 hijos es más grande el dolor de cabeza.

Entonces ¿En qué estamos fallando? Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que nunca ha dado buen resultado y Yo lo mando al abismo: Yo no quiero que mis hijos pasen los trabajos o carencias que Yo pasé; gran error.

Este mensaje es para los que tienen hijos y nietos y que pueden todavía moldearlos, educarlos con principios y responsabilidades, haciéndoles el hábito de ser agradecidos, enseñándoles a ganarse el dinero con honestidad para comer, tener ropa y pagar los impuestos al Estado, educarlos con espíritu de correspondencia, lealtad, prudencia y delicadeza, trabajando por el bienestar con mente sana.

Que entiendan que asistir a la escuela es un compromiso para la vida, enseñándoles a cultivar mejor calidad de vida para el futuro.

Todos los niños desde temprana edad deben aprender a colaborar en el hogar. Cuando se le da todo se forman parásitos. Ser muy permisivo es hacerle daño para su propia subsistencia.

Eso es aprender a ser transparente y de sentimiento útil.

Octubre mes del Santo Rosario.