La vida se asume como un
cristal, mediante el cual se vislumbra el horizonte lejano para llevarnos a la
realidad del entorno que nos rodea, convirtiéndose en un jaspe translúcido para
llevarnos a realidades tan ajenos al pensamiento o conocimiento misterioso de
lo que la esperanza encierra para un mejor porvenir.
Hoy vemos los hijos en
su aspecto físico pero al desconocimiento de lo que el futuro esconde como algo
promisorio para llegar a la felicidad plena y perdurable. Ellos son el futuro
del trabajo y el trato que se le dispense (Formación Integral como persona).
Tal como dijera el
destacado Dr. César Mella, sobre la realidad social de nuestros hijos hoy día,
la convivencia familiar.
¿Cómo está viviendo la
sociedad actualmente? Hijos sicarios.
Yo me plantearía la
siguiente pregunta ¿Cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores
inculco o inculqué a mis hijos?
Se levantan irritados
porque se acuestan muy tarde viendo televisión por cable, jugando, hablando o
enviando mensajes por teléfono o chateando por internet. No se ocupan de su
tarea ni que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que
tenga que ver con arreglar algo en el hogar.
Tienen los juegos y
equipos digitales más modernos del mercado, esto no puede faltar, como tampoco
el pago de su actualización. Hoy los hijos muchas veces sin merecerlos presumen
a los celulares más caros y novedosos. El Nixte más costoso, la computadora portátil
mas equipada, nada le costó, si se descomponen para eso están los padres.
Idolatran amigos y
personalidades de realitys de M.T.V. ¡Ah! Viven encontrándoles defectos a los
padres a quienes acusan de ser desfasados y que usan métodos pasados de moda. Se
cierran automáticamente a quien le hable de moral, honor y buenas costumbres, y
mucho menos de religión. Lo consideran aburrido, ya saben de todo y lo que no
lo consulta por internet.
Nos asombramos, porque
los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellos, cuando a nuestros hijos los
acostumbramos a darles todo, incluso su cuota mensual sin que trabajen por
ella, y todavía se quejan porque eso no me alcanza. Si son estudiantes siempre
inventan trabajo de equipo o paseo de campo, que lo menos que uno sospecha es
que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o
cuando menos alcoholizados.
Y cuando les exiges lo
más mínimo en el hogar o la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con
desfachatez: Yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme.
Después de graduados hay
que pagarles las deudas y costearles partos de sus hijos o criárselos apoyados.
Este problema es mayor
en los chicos de la sociedad de clase media, media alta o de capa urbana que
bien podrían estar entre los 14-28 años; para los padres que tienen 3 ó 4 hijos
es más grande el dolor de cabeza.
Entonces ¿En qué estamos
fallando? Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa
frase que nunca ha dado buen resultado y Yo lo mando al abismo: Yo no quiero
que mis hijos pasen los trabajos o carencias que Yo pasé; gran error.
Este mensaje es para los
que tienen hijos y nietos y que pueden todavía moldearlos, educarlos con
principios y responsabilidades, haciéndoles el hábito de ser agradecidos,
enseñándoles a ganarse el dinero con honestidad para comer, tener ropa y pagar
los impuestos al Estado, educarlos con espíritu de correspondencia, lealtad,
prudencia y delicadeza, trabajando por el bienestar con mente sana.
Que entiendan que
asistir a la escuela es un compromiso para la vida, enseñándoles a cultivar
mejor calidad de vida para el futuro.
Todos los niños desde
temprana edad deben aprender a colaborar en el hogar. Cuando se le da todo se
forman parásitos. Ser muy permisivo es hacerle daño para su propia
subsistencia.
Eso es aprender a ser
transparente y de sentimiento útil.
Octubre mes del Santo
Rosario.