Ya me voy
para mi Patria, y por eso he decidido proclamarme Presidente. Convoco a la
población con carácter de inmediato, y con sentido de urgencia; quiero que
allí estén todos para escuchar mi proclama, y lo que venga a mi mente; para
que masivamente la multitud se aglomere en el Parque Independencia.
Como ya no
es necesario Campañas ni Elecciones para que escojan a uno y lo
hagan Presidente, yo sé que me apoyarán grandes
manifestaciones; los banqueros e industriales todos estarán allí y se
unirán a la gente.
Mi gabinete
estará compuesto por hombres probos, que sepan cómo se ponen los dos pies
en el estribo; sin ningún pelafustán, o una parvada de bobos. Que cuando les
dé una orden, se apresuren y anden vivos.
No habrá
un vago en mi gobierno, o personas maldadosas. Yo mantendré el ojo
abierto dentro de mi Gabinete, por si cualquier malandrín, de manera maliciosa,
cogiéndome desatento, sin que me entere se mete.
Aquí sonará el
Merengue, para que me bailen fino, ningunos ritmos extraños que traiga el
degenerado. El Palacio Nacional tendrá un nuevo Inquilino, un gobernante
que escuche y que trabaje pesado.
El usurpador
Danilo que coja su patineta, tiene que salirse pronto del Palacio Nacional. Y
si el aviso es tan corto que lo coja de sorpresa, y como no somos gentes que
actuemos con aspereza, en cuarenta y cinco días tendrán que desocupar.
Comprendo
que es inusual declararme Presidente, sin habérseme elegido, nombrárseme en
Plebiscito, o que el pueblo me llamara, José ven a gobernar; pero es que
hay que afrontar la amarga realidad, que el Enemigo Voraz que controla este
país, piensa que tiene el poder para imponer mandatarios, metiéndolos por la
boca aunque el pueblo se intoxique, o le dé una indigestión; o se
destruyan las bases de la Nacionalidad.
A la amplia
población, ni escuchan ni le dan mente, y el Opresor comanda, que cualquier
cosa que él diga, por encima de quien sea, es lo que hay que acatar.
Por ello
espero tener el soporte Americano, que me va a respaldar con su Poder Mercantil;
porque mi primer decreto será, sin perder el tiempo, construir una muralla en
la frontera de Haití.
Como me
propongo hacer la pared con los Haitianos, así mantendré contentos
los soberbios Americanos, que vendrán a protegerme y a ofrecerme su respaldo, por
si alguien disgustado tratara de hacerme daño.
Y como el
Poder corrompe, o el Diablo se me mete, o por si hago un toyete, volviéndome un
tembleque, seguro el Americano, ahí vendrá con el Tolete, a lo que
está acostumbrado, porque en todo se entromete.
Mantendré una
Mano Fuerte, como el que no titubea; y la Pared controlará al malandro y
traficante, o cualquier contrabandista de la Unión Europea; que lo pensarán dos
veces, para entrar en lo adelante.
Como soy el
Presidente, que me he autoproclamado, que quede bien entendido, no se
aguantará relajo.
El bullicio
ese en la calle, se dará por terminado. A todos los Moto-conchos, que no
vengan con porfía, nadie podrá manejar mientras se beba “una fría”.
Prometo que
mi gobierno entregará un Tirapiedras a cada una de las aves que habitan en
nuestra isla, para que se la disparen y les den por la mollera, a todos los
cazadores que no las dejen tranquilas.
Si alguien
se pasa de listo y protesta mi intención, yo tengo la Policía para que nadie se
mueva; cumpliendo con su Misión, de asustar la población, porque mi gobierno
va, no importa que truene o llueva.
A todos los
Tutumpotes, que se pongan la correa, tienen que ponerse en línea, sin bemba ni
patalea. Ya saben que en mi gobierno van a caminar derecho, van a respetar los
bosques; sin tala, quema, o chapea.
La tenencia
de dinero se tiene que resolver; hay que mantener un Tope de lo que pueden
tener. Con el nuevo Reglamento se va a poner remedio; qué hace una sola familia
aquí con tanto dinero.
A esos
hombres barrigones, que parecen un brogó, que hagan sus ejercicios y rebajen la
barriga. Se acabó el estar sentados y jugando dominó, esperando que la
Esclava les prepare la comida. Los curas se mandarán a curar las malas mañas; deben
buscar una mujer para su acto sexual, para que dejen tranquilos los niños y las
hermanas; que se dejen de indecentes, con su actuar inmoral, pues aquí por
fin llegó un Presidente cabal.
A Brugal y a
Bermúdez, y otros tipos de pillos que viven en la nación, se les
acabó esconderse matando la población; emborrachando la gente, causando
tribulación, el pueblo beberá leche, en lugar de vino y ron.
Cuando lo
crea necesario, gobernaré por Decreto; las minas se explotarán para el provecho
del pueblo. Los que vienen a robarnos van a la cárcel directo, y el que salga
deportado, que se olvide del regreso.
Un llamado a
las mujeres que se encuentren preñadas; ustedes aquí parirán hijos que
tengan en mente. Se terminó desde ahora vivir atemorizadas, no acepten más
amenazas, que aquí está su Presidente.
El humazo de
la Juka y la otra fumadera, aquí queda prohibido.
Les digo a
esos viciosos, que se acaban los pulmones y poluden el ambiente; y ruines
tabacaleros, que por conseguir dinero y engordar el bolsillo,
dan cáncer a
la población con el dañino cultivo, sin importarle un comino, sin perdedera de
tiempo, van a tener que entenderse con el nuevo Presidente.
Diputados y
Senadores que comiencen a temblar, porque deben aceptar las Leyes que yo
decrete; las dádivas y cogiocas se les van a terminar, o se van a la Chirola,
para limpiar el retrete.
Para acabar
el racismo, quitándolo de raíz, en vez de la azúcar blanca, se usará la
azúcar prieta. Dueños de cañaverales, e Ingenios del país, se mantendrán
vigilados, por cualquiera jugarreta.
Los
Colombianos, Peruanos y Paraguayos también, secundarán mi gobierno como en un
santiamén; y sé que los Hondureños, Argentinos y Chilenos, siguiendo los Brasileños,
me darán su parabién.
Mi
Administración será un gobierno para todos. Y donde quiera que vaya,
iré con mis Secretarios, por si se me descarrían, pensando que yo sea
sonso; les quedarán prohibidos los viajecitos bancarios.
Mantendré a
mis Generales contentos, sin incomodo; para que den el ejemplo, no
habrá ni un General gordo; o que se haga millonario de la noche a la
mañana, con caudales de repente. Sin mínimo parpadeo, deberán obedecer a su
nuevo Presidente; promoviendo en lo adelante tranquilidad a la gente; se
acabó el botar dinero, comprando armas y corotos.
Durante mi
gobernanza se abolirá la corrupta Lotería Nacional; los Botellones de
allí se mandarán a la porra, pues les llegó su final. Y no importa
que se enojen o que les dé con rabiar; con la esperanza del pobre no se
debe relajar.
Los Europeos
resbalosos me ayudarán diligentes, puesto que no les importa la opinión de
la gente, cuando alguien se encapriche en llamarse Presidente; siempre que
obtengan su parte, se mantendrán bien sonrientes.
A los
hombres les advierto, que aquí se prohibirá que se golpeen las mujeres, y
que las hagan sufrir; y aquellos que no obedezcan, y se atrevan a agredirlas, serán
todos castigados, y ellos lo van a sentir. Se instruirá a las mujeres a
que se pongan en huelga; no sexo por noventa días, ese será su castigo; aunque
ellos se vuelvan locos, o que pierdan la chaveta. Y esa será la Ley, porque
se acabó el Machismo. No los dejen que se acerquen cuando vengan de
plagozos; cuando vengan salameando dizque a pedir perdón; que a ellos nadie los
mandó a venir con su violencia, creyéndose la gran cosa, con su orgullo y
su indecencia. No les hagan caso mujeres, no les cojan compasión. No los dejen
“ver a Linda”, que era lo que ellos querían, pero después que la ven, vuelven
con su perrería.
A esos
Terratenientes, ahora les voy a hablar, a ver si nos entendemos, sin tener que
garatear. Ellos apropiaron la tierra, un Medio de hacerse rico, creyendo que
era por siempre, que lo iban a disfrutar; y que iban a vivir con sus grandes
propiedades,
sin que
nadie se atreviera un día a pedirles cuenta; pensando que ese era un Bono, para
que lo usufructuaran, y mantener vitalicio, por encima de quien fuera; usurpando
unos terrenos que a ellos no les tocaban, aunque causaran miseria, o muriera
quien muriera.
Pero todo
tiene un fin, señores latifundistas. Aquí se confiscarán las tierras que
estén demás. Ustedes lo entenderán, por ser hombres bondadosos; que se
preocupan del prójimo y piensan en los demás cuando visitan la Iglesia, a darse
golpe en el pecho y hacerse los piadosos. Yo sé que ustedes serán los
primeros en compartir; y en dar un paso al frente cuando tengan que entregar los
terrenos a esos hombres que les llaman Campesinos; que una vez tuvieron tierra,
pero ustedes por error,
sin saber
arrebataron, quitándoles el sostén de mantener sus familias, con el pensar que
los puercos, burros, vacas y caballos son mejor que las personas, y apegados a
la tierra hasta el último suspiro, vanamente pensando, cuando fueran a la
tumba, en llevársela consigo; pero jamás deteniéndose un momento a pensar en
los pobres campesinos, que luchan por dar comida a sus pobres angelitos, que
hasta se van a la cama con la barriga vacía, y con la mujer llorando al ver sus
hijos sufriendo, de esa mala enfermedad que es el Hambre sin comida.
A través de
mi gobierno, yo me propongo viajar a lo largo del país, a conversar con el
pueblo, escuchando su opinión, para darle prioridad a todos los pareceres que
se quieran discutir; sin echarlo en saco roto, buscándoles solución.
Lo que dure
mi gobierno es algo que no lo sé; sólo sé que aquí llegó el
Presidente esperado; que aquí ha llegado el Gobierno del Presidente José, que
va a arreglar el país, como siempre se ha soñado
No se apuren
porque yo trataré de complacer a todos en pie de igualdad, sin actos
privilegiados Y siempre que los ricachones se me apeguen a la Ley, hasta ellos
estarán ufanos, con lo que he planificado.
Pero si los
ricachones, como ha sido su costumbre, se propasan y prosiguen con su malo
proceder, ahí sí que encontrarán la horma de su zapato, porque les
será aplicado todo el peso de la Ley; y no importa que después me vengan
con alegato.
Y no pueden
protestar los Tutumpotes señores, se van directo a la Sombra, con abogados y
amigos; pues ellos se lo buscaron por estar de brabucones, porque se les
avisó que no jugaran conmigo. Y tras haberles informado de lo que yo vengo
a hacer, espero todo el respaldo y el apoyo ciudadano; para la Administración
del Presidente José, al que también se conoce como el Autoproclamado.