lunes, 1 de abril de 2019

Quítate que aquí llegó el Presidente José


Por el Doctor José Pérez

Ya me voy para mi Patria, y por eso he decidido proclamarme Presidente. Convoco a la población con carácter de inmediato, y con sentido de urgencia; quiero que allí estén todos para escuchar mi proclama, y lo que venga a mi mente; para que masivamente la multitud se aglomere en el Parque Independencia.

Como ya no es necesario Campañas ni Elecciones para que escojan a uno y lo hagan  Presidente, yo sé que me apoyarán grandes manifestaciones; los banqueros e industriales todos estarán allí y se unirán a la gente.

Mi gabinete estará compuesto por hombres probos, que sepan cómo se ponen los dos pies en el estribo; sin ningún pelafustán, o una parvada de bobos. Que cuando les dé una orden, se apresuren y anden vivos.

No habrá un vago en mi gobierno, o personas maldadosas. Yo mantendré el ojo abierto dentro de mi Gabinete, por si cualquier malandrín, de manera maliciosa, cogiéndome desatento, sin que me entere se mete.

Aquí sonará el Merengue, para que me bailen fino, ningunos ritmos extraños que traiga el degenerado. El Palacio Nacional tendrá un nuevo Inquilino, un gobernante que escuche y que trabaje pesado.

El usurpador Danilo que coja su patineta, tiene que salirse pronto del Palacio Nacional. Y si el aviso es tan corto que lo coja de sorpresa, y como no somos gentes que actuemos con aspereza, en cuarenta y cinco días tendrán que desocupar.

Que no pidan extensión para dilatar el viaje, diciendo astutamente que no encuentran la maleta, o que no tienen dinero para comprar el pasaje; pues ya ese cuento se sabe; que preparen su avioneta.

Comprendo que es inusual declararme Presidente, sin habérseme elegido, nombrárseme en Plebiscito, o que el pueblo me llamara, José ven a gobernar; pero es que hay que afrontar la amarga realidad, que el Enemigo Voraz que controla este país, piensa que tiene el poder para imponer mandatarios, metiéndolos por la boca aunque el pueblo se intoxique, o le dé una indigestión; o se destruyan las bases de la Nacionalidad.

A la amplia población, ni escuchan ni le dan mente, y el Opresor comanda, que cualquier cosa que él diga, por encima de quien sea, es lo que hay que acatar.

Por ello espero tener el soporte Americano, que me va a respaldar con su Poder Mercantil; porque mi primer decreto será, sin perder el tiempo, construir una muralla en la frontera de Haití.

Como me propongo hacer la pared con los Haitianos, así mantendré contentos los soberbios Americanos, que vendrán a protegerme y a ofrecerme su respaldo, por si alguien disgustado tratara de hacerme daño.

Y como el Poder corrompe, o el Diablo se me mete, o por si hago un toyete, volviéndome un tembleque, seguro el Americano, ahí vendrá con el Tolete, a lo que está acostumbrado, porque en todo se entromete.

Mantendré una Mano Fuerte, como el que no titubea; y la Pared controlará al malandro y traficante, o cualquier contrabandista de la Unión Europea; que lo pensarán dos veces, para entrar en lo adelante.

Como soy el Presidente, que me he autoproclamado, que quede bien entendido, no se aguantará relajo.
El bullicio ese en la calle, se dará por terminado. A todos los Moto-conchos, que no vengan con porfía, nadie podrá manejar mientras se beba “una fría”.

Prometo que mi gobierno entregará un Tirapiedras a cada una de las aves que habitan en nuestra isla, para que se la disparen y les den por la mollera, a todos los cazadores que no las dejen tranquilas.

Si alguien se pasa de listo y protesta mi intención, yo tengo la Policía para que nadie se mueva; cumpliendo con su Misión, de asustar la población, porque mi gobierno va, no importa que truene o llueva.

A todos los Tutumpotes, que se pongan la correa, tienen que ponerse en línea, sin bemba ni patalea. Ya saben que en mi gobierno van a caminar derecho, van a respetar los bosques; sin tala, quema, o chapea.

La tenencia de dinero se tiene que resolver; hay que mantener un Tope de lo que pueden tener. Con el nuevo Reglamento se va a poner remedio; qué hace una sola familia aquí con tanto dinero.

A esos hombres barrigones, que parecen un brogó, que hagan sus ejercicios y rebajen la barriga. Se acabó el estar sentados y jugando dominó, esperando que la Esclava les prepare la comida. Los curas se mandarán a curar las malas mañas; deben buscar una mujer para su acto sexual, para que dejen tranquilos los niños y las hermanas; que se dejen de indecentes, con su actuar inmoral, pues aquí por fin llegó un Presidente cabal.

A Brugal y a Bermúdez, y otros tipos de pillos que viven en la nación, se les acabó esconderse matando la población; emborrachando la gente, causando tribulación, el pueblo beberá leche, en lugar de vino y ron.

Cuando lo crea necesario, gobernaré por Decreto; las minas se explotarán para el provecho del pueblo. Los que vienen a robarnos van a la cárcel directo, y el que salga deportado, que se olvide del regreso.

Un llamado a las mujeres que se encuentren preñadas; ustedes aquí parirán hijos que tengan en mente. Se terminó desde ahora vivir atemorizadas, no acepten más amenazas, que aquí está su Presidente.

El humazo de la Juka y la otra fumadera, aquí queda prohibido.
Les digo a esos viciosos, que se acaban los pulmones y poluden el ambiente; y ruines tabacaleros, que por conseguir dinero y engordar el bolsillo,
dan cáncer a la población con el dañino cultivo, sin importarle un comino, sin perdedera de tiempo, van a tener que entenderse con el nuevo Presidente.

Diputados y Senadores que comiencen a temblar, porque deben aceptar las Leyes que yo decrete; las dádivas y cogiocas se les van a terminar, o se van a la Chirola, para limpiar el retrete.

Para acabar el racismo, quitándolo de raíz, en vez de la azúcar blanca, se usará la azúcar prieta. Dueños de cañaverales, e Ingenios del país, se mantendrán vigilados, por cualquiera jugarreta.

Los Colombianos, Peruanos y Paraguayos también, secundarán mi gobierno como en un santiamén; y sé que los Hondureños, Argentinos y Chilenos, siguiendo los Brasileños, me darán su parabién.

Mi Administración será un gobierno para todos. Y donde quiera que vaya, iré con mis Secretarios, por si se me descarrían, pensando que yo sea sonso; les quedarán prohibidos los viajecitos bancarios.

Mantendré a mis Generales contentos, sin incomodo; para que den el ejemplo, no habrá ni un General gordo; o que se haga millonario de la noche a la mañana, con caudales de repente. Sin mínimo parpadeo, deberán obedecer a su nuevo Presidente; promoviendo en lo adelante tranquilidad a la gente; se acabó el botar dinero, comprando armas y corotos.

Durante mi gobernanza se abolirá la corrupta Lotería Nacional; los Botellones de allí se mandarán a la porra, pues les llegó su final. Y no importa que se enojen o que les dé con rabiar; con la esperanza del pobre no se debe relajar.

Los Europeos resbalosos me ayudarán diligentes, puesto que no les importa la opinión de la gente, cuando alguien se encapriche en llamarse Presidente; siempre que obtengan su parte, se mantendrán bien sonrientes.

A los hombres les advierto, que aquí se prohibirá que se golpeen las mujeres, y que las hagan sufrir; y aquellos que no obedezcan, y se atrevan a agredirlas, serán todos castigados, y ellos lo van a sentir. Se instruirá a las mujeres a que se pongan en huelga; no sexo por noventa días, ese será su castigo; aunque ellos se vuelvan locos, o que pierdan la chaveta. Y esa será la Ley, porque se acabó el Machismo. No los dejen que se acerquen cuando vengan de plagozos; cuando vengan salameando dizque a pedir perdón; que a ellos nadie los mandó a venir con su violencia, creyéndose la gran cosa, con su orgullo y su indecencia. No les hagan caso mujeres, no les cojan compasión. No los dejen “ver a Linda”, que era lo que ellos querían, pero después que la ven, vuelven con su perrería.

A esos Terratenientes, ahora les voy a hablar, a ver si nos entendemos, sin tener que garatear. Ellos apropiaron la tierra, un Medio de hacerse rico, creyendo que era por siempre, que lo iban a disfrutar; y que iban a vivir con sus grandes propiedades,
sin que nadie se atreviera un día a pedirles cuenta; pensando que ese era un Bono, para que lo usufructuaran, y mantener vitalicio, por encima de quien fuera; usurpando unos terrenos que a ellos no les tocaban, aunque causaran miseria, o muriera quien muriera.

Pero todo tiene un fin, señores latifundistas. Aquí se confiscarán las tierras que estén demás. Ustedes lo entenderán, por ser hombres bondadosos; que se preocupan del prójimo y piensan en los demás cuando visitan la Iglesia, a darse golpe en el pecho y hacerse los piadosos. Yo sé que ustedes serán los primeros en compartir; y en dar un paso al frente cuando tengan que entregar los terrenos a esos hombres que les llaman Campesinos; que una vez tuvieron tierra, pero ustedes por error,
sin saber arrebataron, quitándoles el sostén de mantener sus familias, con el pensar que los puercos, burros, vacas y caballos son mejor que las personas, y apegados a la tierra hasta el último suspiro, vanamente pensando, cuando fueran a la tumba, en llevársela consigo; pero jamás deteniéndose un momento a pensar en los pobres campesinos, que luchan por dar comida a sus pobres angelitos, que hasta se van a la cama con la barriga vacía, y con la mujer llorando al ver sus hijos sufriendo, de esa mala enfermedad que es el Hambre sin comida.

A través de mi gobierno, yo me propongo viajar a lo largo del país, a conversar con el pueblo, escuchando su opinión, para darle prioridad a todos los pareceres que se quieran discutir; sin echarlo en saco roto, buscándoles solución.

Lo que dure mi gobierno es algo que no lo sé; sólo sé que aquí llegó el Presidente esperado; que aquí ha llegado el Gobierno del Presidente José, que va a arreglar el país, como siempre se ha soñado

No se apuren porque yo trataré de complacer a todos en pie de igualdad, sin actos privilegiados Y siempre que los ricachones se me apeguen a la Ley, hasta ellos estarán ufanos, con lo que he planificado.

Pero si los ricachones, como ha sido su costumbre, se propasan y prosiguen con su malo proceder, ahí sí que encontrarán la horma de su zapato, porque les será aplicado todo el peso de la Ley; y no importa que después me vengan con alegato.

Y no pueden protestar los Tutumpotes señores, se van directo a la Sombra, con abogados y amigos; pues ellos se lo buscaron por estar de brabucones, porque se les avisó que no jugaran conmigo. Y tras haberles informado de lo que yo vengo a hacer, espero todo el respaldo y el apoyo ciudadano; para la Administración del Presidente José, al que también se conoce como el Autoproclamado.