Se
concibe como un don o regalo divino, la vida que todo se animado posee para que
la administre y la cuide, evitando todo tipo de maltrato y vejámenes procedente
del medio o entorno donde se disipa y pasa espacio de tiempo en descanso o
actuación.
La
otra cara o vertiente del Quinto Mandamiento es la que se refiere a la propia
vida (No matarás). La vida en nuestras manos no es una posesión absoluta, se
nos ha dado para usarla como buenos administradores. Nuestro primer deber es
conservarla en buen estado como se conserva una máquina, un instrumento, para
que entre a punto de un desempeño en cualquier momento.
Los
caminos de la vida no son como yo los imaginaba ni como los soñaba.
La
vida se enriquece con la salud, que es el estado de bienestar con energías
concéntricas y disponibles de felicidad.
Es
el estado o bien corporal mas estimado entre los hombres. “Mente sana en cuerpo
sano”, decían los antiguos. Con salud, la vida se torna alegre y no asusta el
trabajo.
Debemos,
por tanto, cuidar de ella utilizando los medios normales a nuestro alcance. Si estamos
enfermos es deber nuestro acudir al médico; pero no estamos obligados a
recurrir a medios extraordinarios. Así nadie puede ser forzado a una operación
quirúrgica contra su voluntad.
Se
debe evitar los intentos contra la vida con el alcoholismo, tatuar el cuerpo,
colocar prendas adheridas a la piel o tragar sustancias para protegerse de
enemigos, faltar a la higiene corporal y en su vestimenta diurna y nocturna.
Muchos
jóvenes van cayendo en la trampa de las drogas y a cambio de un placer
ilusorio, dañando la mente su rostro, la apariencia personal y perdiendo la vergüenza,
el honor, el prestigio y la consideración social. Se debe luchar contra tantos
obstáculos para la vida.
Estudiantes,
a la escuela que ya es hora de iniciar nuestra labor. Si aprendes, será un buen
conocedor de la vida.
Busquen
la salud corporal, espiritual, moral, económica, nacional y universal.
Respeta
tu vida y la de tu prójimo. Que se detengan los feminicidios.
