Santo Domingo .- El reciente incremento de asaltos y robos en las calles de República Dominicana ha causado la alarma general en el país lo que ha determinado nueva vez, que el Gobierno disponga que las Fuerzas Armadas auxilien a la Policía en el resguardo de las calles y propiedades públicas y privadas.
Sin embargo, la medida es definida como un paliativo por varios sectores, que recuerdan su puesta en práctica en el pasado reciente con resultados ineficaces.
“La violencia y la criminalidad en el país deben ser abordadas como un problema multifactorial, que no se resuelve con un solo tipo de medida; hay que incorporar otros elementos, buscar las causas de fondo y enfrentarlas simultáneamente”, refiere a Efe el sociólogo Celedonio Jiménez.
Para este especialista, el Gobierno dominicano no tiene “interés” en invertir los recursos necesarios en aplicar una política que ataque el flagelo de raíz.
“Es fundamental que se llame a una concertación de sectores, instancias, profesionales, siquiatras, orientadores, sociólogos, para que aporten sus conocimientos y determinar las reales causas de la criminalidad en el país y enfrentarlas con decisión”, agrega Jiménez, miembro de número de la Academia Dominicana de Ciencias.
Las autoridades locales anunciaron este viernes que arrestaron a 60 “reconocidos delincuentes”, a dos prófugos de la Justicia y a otras 35 personas en “flagrante delito”, tras los dos primeros días del operativo conjunto que ejecutan soldados y policías en todo el país.
Ese mismo día, la entidad Participación Ciudadana, opinó que la seguridad pública debe ser consecuencia de la construcción e implementación de un plan de seguridad ciudadana para todos, donde confluyan las distintas iniciativas desde la relación Estado-sociedad, para enfrentar la inseguridad y la delincuencia, cada una con sus avances, roles y énfasis.
El capítulo dominicano de Transparencia Internacional consideró, además, que en ese proceso es necesaria la integración de la Policía Nacional, ayuntamientos, Ministerio Público, sector empresarial, ministerios de la Mujer, Educación y Salud, y organizaciones sociales para definir prioridades y acciones integrales tendentes a brindar una mayor seguridad a la población.
El miércoles pasado, el presidente dominicano, Danilo Medina, admitió que el país sufría de un “brote” de violencia que había que enfrentar de manera “decidida”, por lo cual anunció la vuelta a las calles de las patrullas mixtas compuestas por militares y policías.
Medina ya ha tomado esa decisión en varias oportunidades durante su primer y segundo mandatos.
En las últimas semanas se han producido asaltos a bancos y atracos a mano armada en varios puntos del país, causando una especie de pánico colectivo reflejado en las redes sociales y denuncias en radio y televisión.
Estos sucesos han ocurrido a la par con actuaciones de la Policía Nacional duramente criticadas por la ciudadanía, como fue el caso de un hombre sospechoso de participar en un asalto a un banco, y quien supuestamente se suicidó mientras estaba esposado dentro de un vehículo policial en la ciudad de Santiago (norte, segunda en importancia del país).
También se cuestiona el por qué varios altos oficiales policiales acudieron sin la compañía de fiscales, como ordena la ley, a enfrentar a un sospechoso de otro asalto a bancos en Santo Domingo, en cuya acción este resultó muerto y heridos los agentes, uno de los cuales falleció al día siguiente.
“El auge de la violencia y la delincuencia es, a mi juicio, producto de la frustración de la población ante la desigualdad de la sociedad dominicana, de los malos ejemplos que dan los grandes partidos tradicionales, de la complicidad de miembros de la Policía, a todos los niveles, en actos reñidos con la ley”, opina el sociólogo Jiménez.
De acuerdo con una encuesta publicada en marzo pasado en el país por la firma Gallup, el 69 % de los dominicanos considera la delincuencia como el principal problema que enfrenta el país. EFE