martes, 6 de marzo de 2018

EL PREMIO NOBEL A LOS LAMBONES

Por el Dr. José Pérez
                                                                                                              Si a uno le diera con pensar de cómo se engaña a la opinión pública mundial, en la sociedad de hoy, sentiría un  inmediato y fugaz deseo de reír; pero esa risa irónica, instantáneamente se desvanecería con igual rapidez, adquiriendo el semblante la apariencia de una penosa máscara, que  dejaría a uno con los dientes frisados; y se evaporaría aquella inicial jocosa sensación fugazmente. La penosa impresión de desespero que la substituye, vendría a ser tan reveladora, que el cerebro se quedaría extasiado, tratando afanosamente de encontrar una explicación lógica.

Lo que nos produce aquella inicial sensación de querer reír, es el mirar los bajos procederes usados por esos hipócritas mercaderes, que controlan los bancos, las loterías, las grandes compañías prestamistas, los casinos, las industrias aeronáuticas, armamentos, bombas y proyectiles; y la llamada Gran Prensa Internacional. Este montón de vagabundos, al tiempo que obtienen enormes beneficios para vivir pomposos, recurren a descaradas mentiras para desinformar y engañar a esa  opinión pública mundial.

Estados Unidos decidió hace tiempo llamar un “dictador” a todo aquél que tratara de enfrentársele, o a aquél que no quisiera acatar su dominio, sus directrices, sus imposiciones, su sistema, su manera de apreciar el mundo, sus ínfulas de amo; o sencillamente a todo el que se opusiera a que le siguieran robando las riquezas de su país. Al principio, muchos bobalicones, que disfrutan bailando al son de la música que toca la “orquesta del norte” repitieron como marionetas y cotorras el guion preparado y demandado, sumándose al coro de gallaretas, haciendo lo mismo, disfrutando el amargo “son retozón”.


Extrañamente, Estados Unidos jamás catalogó de “dictadores” a “pirañas voraces” y bestias del tipo de Augusto Pinochet, Videla, Stroessner, Somoza, Perez Guillen, Batista, Trujillo, Duvalier, y los amigotes Sucarno, Francisco Franco y Marcos, debido a que estos obscuros sujetos fueron sumisos a los mandatos de Washington y les protegieron sus intereses. Y mientras ellos complacían e inclinaban las cabezas ante  los amos norteños a través de una  desigual relación, también aprovecharon para  apropiarse de fabulosas fortunas robando, maltratando y atropellando las poblaciones de sus respectivos países.

Tampoco hoy llama Washington “dictadores” a los actuales gobernantes de Egipto, Tailandia, Jordania, Arabia Saudita, Myammar, etc., porque estos criminales payasos, al tiempo que aceptan y promueven los avances guerreristas y las corruptas transacciones comerciales de “los arrogantes,” se pliegan como lacayos a sus mandatos imperialistas. En estos países quien “pone y dispone” son los señores capitalistas de los Carteles Internacionales. En su turno, esos gobernantes hacen lo que sea para mantenerse en el poder, explotando las empobrecidas masas populares en sus determinados países.

Sagunto fue una colonia que prosperó en la Península Ibérica al rededor del año 219 BCE, allí donde hoy se encuentran el corrupto país conocido como España y el atrasado país de Portugal. Los saguntinos han pasado a la historia como un ejemplo de una nación donde sus pobladores prefirieron incendiar la ciudad con sus habitantes, y perecer, antes de acatar el dominio romano,” los arrogantes” imperiales de aquellos tiempos.

Ha habido algunos historiadores occidentales que han tratado de culpar a Aníbal el cartaginés, pero los hechos señalan e indican que fué la prepotencia romana la que ocasionó aquel horrendo holocausto. Ante un momento de desesperación, ante la amenaza devastadora de los invasores que les habían “echado el ojo” por su riqueza, su ubicación geográfica y su determinación de vivir en libertad, los habitantes tomaron aquella trágica decisión, prefiriendo morir, que vivir esclavizados. El ejemplo de los saguntinos no es el único conocido a través de la historia, pero ellos son mencionados como muestra de pundonor y por su resolución de vivir en libertad.

Cualquier nación del mundo, en la que sus habitantes decidieran levantarse, romper sus cadenas, avanzar económica y políticamente, escoger su propio camino, ser libres y vivir en paz, sus cabecillas son catalogados de “dictadores” por los Estados Unidos. Entonces se emprende una campaña internacional en los medios de  prensa vendidos y comprados, y en los vehículos informativos modernos; de manera cruel y artera se engaña a la opinión pública mundial, especialmente cuando a esa población no se le educa con el fin de enseñarles a investigar para defenderse.

La negativa propaganda propulsada en contra de los promotores de los movimientos progresistas  populares del mundo, que dedican sus vidas a liberar sus países de las cadenas, los presenta como  proscriptos. Hombres que han tratado de ayudar sus naciones a ponerse en pie, para que despierten y avancen, como es el caso de Chávez, Ho chi ming, Fidel Castro, Mao, Stalin y otros, son presentados como “monstruos” por los oligarcas que quisieran continuar saqueando las riquezas y controlando la vida económica y política de esos países. Hasta que los pueblos despiertan y los colocan en el lugar que les corresponde.


Los sectores imperialistas desean continuar imponiendo su yugo a todas las naciones del planeta.  Afortunadamente, la práctica ha demostrado que eso ya no es posible, no hoy. Ya los romanos no pueden arrasar civilizaciones, como sucedió con Cartago y Sagunto; o aquellas famosas y ricas ciudades helénicas; las hermosas y florecientes ciudades mesopotámicas y del norte africano, etc. En nuestros días, el hierro imperial ha encontrado que las gentes han aprendido a unirse y romper con el erróneo y confuso tabú de que la tecnología es propiedad de un grupo selecto de países, que la usan para controlar, corromper y dominar.

En la presente coyuntura de la sociedad humana, es necesario comprender que se debe  levantar  la cabeza y enterarse de qué es lo que está pasando en el mundo; quién está hablando mentiras y tratando de confundir el teatro internacional. Al mundo lo han llevado a una encrucijada. Hay que escoger entre el diabólico y destructivo lado de la guerra o el otro que se opone a ella. Los armamentos se han desarrollado de una forma inimaginable. Lo que suceda en un lado del planeta, se siente en el otro lado. Ya en estos días, nadie está aislado.

Es un momento de búsqueda colectiva de tranquilidad, o de colectiva desgracia, de destrucción y sufrimiento. Idos están los días de mirar a los griegos, en su ignorancia, dirigiéndose mansamente a pedirles a los oráculos que les dirigieran, que les indicaran qué hacer. Hoy hay que enfrentar y resolver los problemas humanos conscientes de que sólo los humanos los pueden resolver.
Los tiempos medievales también pasaron, donde las gentes se metían en la penumbra de las catedrales a pegarse fuetazos en el cuerpo, pensando que el castigo corporal era la solución a los problemas sociales.

Ha llegado el momento de abrir los ojos, sacudirse y mirar los rayos del sol. Abrir las cortinas para que esos rayos solares se lleven las tinieblas, la obscuridad que arropa todo, incluida la mente de tantos. La actitud atractiva de los capitalistas por los armamentos, bombas, proyectiles, cohetes y misiles, los ha llevado a aislarse más y  más de las amplias mayorías de la población. Nadie con algo de humanismo y mentalidad progresista podría tener simpatía por esos infernales armamentos que están bañando de sangre a nuestras poblaciones.

Las matanzas de humanos inocentes en todo lo ancho del planeta, se han convertido en algo común. Pero el dedo acusador, extrañamente, nunca lo apuntan hacia los verdaderos culpables, los productores de armamentos, los ladrones de hidrocarburos, los usurpadores de territorios. Nunca se ha escuchado una organización internacional, ya se llame Unesco, Consejo de Seguridad, Asamblea General, Unión Europea, etc. públicamente haber acusado a los Estados Unidos  y su satélite Israel como los principales agentes internacionales que promueven las guerras e incentivan la producción y venta de  armamentos.

No sería extraño que un inocente niño en años escolares, pudiera confusamente preguntarnos hoy:

¿Para qué se hace el pan?

¿Para qué se cosecha el arroz?

¿Para qué se fabrican los armamentos?

¿Cuánto cuesta construir un misil con cabeza nuclear?

¿Cuánto cuesta hacer un Hospital?

¿Cuánto cuesta inventar una “madre de todas la bombas”? O “la hija”, o “la nieta” de todas las bombas? Que el término poco importa.

¿Cuál es el costo para edificar una Escuela Secundaria?

¿Cuánto vale fabricar un avión de guerra?

¿Para qué se usa un almacén de productos agrícolas?

¿Para qué se usa un avión de guerra?

¿Cuánto valdría construir una vivienda decente para cada familia de la República Dominicana?

¿Cuál es el costo de los tanques de guerra, ametralladoras y granadas, rifles y fusiles, municiones y pistolas, escopetas y revólveres que compra la República Dominicana? A veces no es tan fácil hallar una respuesta.

Hoy, incluso países con putrefactos sistemas aristocráticos, malvadamente se hacen pasar por “democracias”, tratando de trastrocar, engañando a la opinión pública mundial. Otros países agentes de la guerra, imponen gobiernos serviles, y tratan de controlar y doblegar otras naciones por medio del establecimiento de bases militares, mecanismo que les sirve como vehículo para violentar sociedades pacíficas, promover atrocidades y propagar creencias en decadencia.

El desmembramiento de la Unión Soviética, en el año 1991, fue un evento positivo para el movimiento revolucionario mundial. Los dirigentes rusos escogieron no seguir las advertencias dejadas por Marx y Lenin, cuando explicaron de cómo, en el Sistema Socialista, la burguesía se mantiene siempre alerta y preparada para volver a asaltar el poder, saboteando la revolución; al acecho, velando día y noche. En Rusia, esa oligarquía traidora logró asaltar el poder a partir de 1953. Tomaron la dirección del Comité Central del Partido Comunista, permitiendo que el oportunismo burgués se apoderara del poder del Estado.

No es necesario enumerar las consecuencias de lo que sucedió a partir de ese año de 1991, porque es de conocimiento mundial. La corrupción, la traición, la satisfacción de gozar de las riquezas mal habidas, aprovechándose de la simpatía generada por épocas pasadas, cuando los grandes hombres dedicados, desprendidos, luchadores incansables caminaban rectos en el territorio ruso, volando alto como las águilas, sin robar y, siempre velando por el bienestar de las masas populares, protegiéndolas, educándolas y mostrándoles el camino a seguir para que vivieran en paz y harmonía.

Pero entonces los “arrogantes” decidieron que había que idear algún plan para poder adentrarse en aquellos vastos territorios del Asia Central, que se separaron  cuando se resquebrajó la Unión Soviética. Era necesario inventar una manera de entrar en aquella área estratégica, con tantos  recursos mineros, y grandes extensiones territoriales, a como diera lugar. Entonces alguien planificó 9-11.Siguiendo la maquiavélica doctrina de “el fin justifica los medios”. No importó cuántos muertos cayeran en el cruel acto. Había que hallar una forma de “introducirse” en esos países asiáticos y establecer bases militares para conquistar, controlar y dominar.

El panorama de hoy es más abierto, y, aunque el imperialismo parezca tan poderoso, los países de las varias regiones del planeta han aprendido que los tiempos han cambiado y que ellos no necesariamente tienen que dejarse atemorizar con amenazas y promesas espurreas. Claro que en esa misma contradicción, existen hoy individuos que ven el mantenimiento del imperialismo como una manera de mantener sus teneres, no importa que se apropien del territorio nacional y se viole la soberanía de esos países.


No estaría de más ahora echar una mirada a un evento, sólo como  una muestra, para hacernos una idea de cómo pueden ciertos cipayos entregar sus propios países de la manera más desvergonzada. El presidente Álvaro Uribe de Colombia y el de Méjico, Felipe Calderón fueron “citados a corte” el día 13 de Enero del año 2009,para reunirse en  Washington con el entonces presidente George W. Bush.

En aquella audiencia ambos sujetos recibieron la “Medalla del Freedom,” que les acreditaba como “verdaderos amigos” de los Estados Unidos. La entrega de esas medallas fue una retribución por servicios prestados. Esta es una clara indicación del compromiso de estos dos sujetos de defender los intereses de Estados Unidos y los Carteles Internacionales, por encima de los intereses y el bienestar de la población de sus propios países.

El indigno e inmoral Álvaro Uribe pagó por su medalla, al permitir el establecimiento de 7 bases militares de los Estados Unidos en Colombia, entre ellas la súper base de Palanquero. Con esta jugada, la oligarquía latifundista colombiana y la reacción internacional aseguraron y organizaron sus actividades mercantiles, entre ellas la ampliación del comercio del principal producto de exportación de aquél hermoso país, el tráfico de drogas, especialmente cocaina,de la cual ellos son número uno en el mundo.

El señor Calderón, ahondó la entrega de Méjico, mandando el otrora “orgullo mejicano” a la porra. Hoy, el empobrecido país se encuentra totalmente controlado y manipulado por los negocios de Washington, los corruptos grupos religiosos, el enorme tráfico de las drogas y el torbellino del crimen, que lo ha convertido junto con Honduras y Guatemala, en verdaderos infiernos de violencia. En los últimos cinco años se calculan más de 70.000 muertos; muchos siendo tirados en fosas comunes, después de haber sido decapitados.

Los varios países deben romper con las viejas costumbres mañosas del dominio y entreguismo, y convencerse de que, ya que no les ha dado resultados por tan largo, probablemente otro sistema pueda resolver los problemas que el presente sistema no ha podido. Invertir más en la educación, reforestación, salubridad, vivienda y alimentos. Crearles conciencia a las nuevas generaciones de que ese salto hacia la paz, la tranquilidad y el avance nacional son absolutamente necesarios.

Un sistema socio-político que ya por siglos ha demostrado, sin lugar a dudas, que es incapaz de brindarles hasta los servicios básicos más fundamentales a las gentes. Es indicativo de que ha llegado el momento de cambiarlo. Está totalmente demostrado que ninguna nación puede avanzar con el mismo sistema de producción que engendra condiciones económicas y políticas que sofocan la mayoría, y sólo una ínfima minoría de la población se beneficia. La película es injusta y criminal.

Uno de los problemas es que Estados Unidos no se va de los países. Cuando ellos pisan, ellos se quedan. Se pegan como una sanguijuela y traen sus grupos religiosos, sus bases militares, y todo lo que la tormenta capitalista puede arrastrar con ella. Ese país es conocido en el mundo como uno “que no tiene amigos, sólo intereses”. Cuando ya el personaje no le sirve, se deshacen de el. El egipcio Bin Laden trabajó para la CIA por años. Saddam Hussein cooperó con la CIA en los años de  la cruenta guerra de 8 años entre Irán e Iraq. Todos conocemos la historia, y las consecuencias.

Ahora, las gentes que menos deberían ir a playas extranjeras, tratando de  encontrar entreguistas, somos nosotros los dominicanos. A nosotros nos invadieron en el año 1916 y se apropiaron de nuestro país. Establecieron en el poder a la culebra venenosa Rafael Trujillo, para que por 31 años les permitiera todas sus tropelías en nuestro territorio; practicar la arrogancia y pavonearse en nuestras calles como si fueran lo genuinos propietarios. Y el perverso Trujillo pensó:” siempre que me permitan a mí y mi familia chuparle la sangre al dominicano, a esos gringos que hagan lo que les de las ganas.” Tremendo monstruo!!!!

En el año1965, volvieron a recordarnos que ellos eran los amos, los que dominan nuestro país. Dejaron al bellaco Joaquín Balaguer, uno de los más negativos y descarados entreguistas que ha parido el territorio dominicano. Este sujeto canalla sustentó el dominio de los grupos religiosos, incentivó el control de las bases militares de los Estados Unidos en nuestro país y permitió la llegada del infierno corrupto que acarrea el imperialismo en nuestras bellas tierras quisqueyanas.


Hoy vemos como los venezolanos quieren defender su país y protegerlo de tanto horror y tanta prepotencia; y aun así hay gente que ciega y amargadamente los critica por esto. Señores, esos venezolanos son patriotas que buscan defender su país contra los que se creen amos y señores del mundo. Esos venezolanos sólo quieren defender sus riquezas y el futuro de su país para las  nuevas generaciones. Ellos sólo están cumpliendo con su derecho y su deber: dándolo todo por su patria.