
El torero, de 36 años, fue prendido por el tercer toro en un
quite con el capote, por chicuelinas, momento en el que trastabilló y, una vez
en el suelo, el animal le metió el pitón por el costado derecho.
A toda prisa fue conducido a la enfermería por las
cuadrillas y compañeros, a uno de los cuales, el galo Thomas Dufau, pronunció
Fandiño sus últimas palabras: “Que se den prisa en llevarme al hospital que me
estoy muriendo”, según recoge el diario francés Sud-Oest.
Fandiño ha estado más de una hora en la enfermería y no fue
trasladado al hospital hasta que finalizó la corrida.
Durante ese largo tiempo, los doctores que le supervisaron
en un primer momento, muy preocupados al no conocer todavía el alcance de la
cornada, decidieron sedarle por completo, pues, según palabras de los propios
galenos al apoderado de Juan del Álamo, Rui Bento Vasques, que accedió a la
enfermería para interesarse por su estado de salud, el diestro pegaba
“auténticos alaridos de dolor”.
Después del festejo fue trasladado en ambulancia para
recorrer los 33
kilómetros que separan las ciudades francesas de Aire
Sur L’Adour y Mont de Marsan, pero Fandiño entró en el hospital “clínicamente
muerto”, según declaraciones del cirujano que lo asistió en el hospital “Layné”
al diario Sud-Oest.
Y, aunque no habrá un parte médico oficial hasta mañana por
la mañana, la fatal cornada afectaba a “hígado, riñón y pulmones”.
Una muerte que recuerda a la que de Francisco Rivera
“Paquirri”, que también falleció en la ambulancia que le trasladaba de
Pozoblanco a Córdoba.
Aún se desconoce cuando se trasladará el cuerpo sin vida de
Fandiño a España, ni donde serán velados sus restos mortales, como tampoco se
sabe dónde será enterrado, han referido a Efe fuentes del departamento de comunicación
del torero.
Con la muerte de Iván Fandiño, son dos los toreros
fallecidos a consecuencia de una cornada en lo que va de siglo, después de la
de Víctor Barrio, que hace un año perdió también la vida a cargo de las astas
de un toro de “Los Maños” en la plaza de toros de Teruel.
Iván Fandiño (Orduña, Vizcaya, 1980) fue un torero que se
abrió paso a golpe de afición y sacrifico. Forjado en la capeas de Guadalajara,
se enfrentó siempre al sistema y a las grandes casas empresariales de la mano
de su amigo y apoderado, Néstor García, con quien trabajó codo con codo desde
sus inicios hasta la funesta tarde de hoy en Francia.