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En el audio, que fue grabado en la oficina del empresario
ferretero Bolívar Taveras, se escucha una acalorada discusión entre el
comerciante y el presidente de la Sala Capitular, regidor Frank Ozuna, quien
supuestamente le exige el dinero como pago para poder aprobar la construcción
de un centro comercial.
Esta conversación grabada se comenta en cada rincón de Boca
Chica y su difusión en las redes sociales se ha convertido en el escándalo de
corrupción más sonado en los últimos tiempos en el ayuntamiento local.
En la discusión se escucha desde el momento que el regidor
es anunciado a su llegada al centro comercial Casa Bolívar. Al comenzar la
conversación entre ambos, el comerciante le dice al presidente de la Sala Capitular que
lo mandó a buscar para que le haga un favor como amigos, pero el momento es
aprovechado por el edil para decirle que debe mandar a los regidores el dinero,
“porque si no, se la ponen difícil”.
En la conversación, el comerciante Bolívar Taveras y Frank
Ozuna se refieren a una amistad que los une desde hace 40 años, pero al parecer
esta se rompió en ese momento, ya que el empresario le hablaba en un tono
alterado y diciéndole que él no se prestaba a pagar soborno para un proyecto
que estaba tratando de realizar de manera honesta, razón por lo que no iba a
entregar los RD$360,000.
El conflicto surge entre el empresario y el regidor luego
que el comerciante solicitara los permisos correspondientes para la
construcción de una plaza comercial, en unos terrenos ubicados a orillas de la
autopista Las Américas, y en el audio se escucha claramente cuando el
comerciante expresa que trataba de que el proyecto no le saliera tan caro.
Según el audio, que dura más de media hora, el presidente de
la Sala Capitular
fue a buscar el dinero, que se repartiría entre los regidores para que éstos
aprobasen la construcción de la plaza comercial en Andrés, Boca Chica.
Los minutos en los que el edil y el empresario citan el
supuesto pago de soborno en el audio son: 13:15; el 14:25; el 15:40; el 18:25 y
el 28:30.
El empresario le cuestionaba al edil que pidiera tanto por
el soborno y que estaba dispuesto a ofrecer un “regalito” de algunos “50 mil
pesos”, pero no 360 mil pesos, porque su proyecto de construcción no era ilegal
para pagar tanto dinero “por abajo”.