
El criterio se encuentra en el editorial titulado “Doble
conducta” de su semanario Camino, que saldrá a la luz este domingo, y en el que
atribuyó a la falta de creación en nuestra nación, de una cultura de respeto
hacia las normas establecidas, el hecho de que las personas a cada momento
violen leyes y normas.
Ejemplifica como violación, “el uso para provecho personal
de las aceras para instalar cualquier tipo de negocio, aunque los peatones
corran el riesgo de ser atropellados al tener que desplazarse por la calle,
reservada para los vehículos y otros tipos de transporte”.
También se falta al civismo, “al irrespetar a la luz roja
del semáforo, el lanzamiento de papeles y desperdicios en la vía pública, la
música alta en los colmadones y residenciales, sin importar la paz de los
vecinos”.
Critica a la población, que “se ha ido acostumbrando a mirar
estos hechos como algo normal, y de esa misma manera nos alejamos cada vez más
del orden y respeto.
Los religiosos señalan, que esas y otras actitudes, se debe
a la falta de una cultura de respeto hacia las normas establecidas, y la
carencia de sanciones para los que las violen.
Deploran, que la presentación de una tarjeta de un
funcionario encumbrado, o la llamada a un superior uniformado, “no suplante la
sanción merecida al ciudadano que ha cometido la falta”.
Entienden, que frente a este panorama de estructuras que
define como “enfermas”, no debe haber espacios para llantos y lamentos, sino
correctivos.
Consideran, que cada quien debe aportar para sentar las
bases de un nuevo país, y recomienda, comenzar desde la familia respetando cada
uno de sus miembros las normas concebidas.
Ilustran, que las naciones que han crecido y muestran altos
niveles de vida, es fruto de muchos años de educación permanente, “en donde las
instituciones están por encima de los caprichos y ambiciones, de quienes se
creen herederos de privilegios permanentes en la sociedad corrompida que han
creado”.