Podría darse el caso de que algunas personas piensen
que el mundo empezó en el mismo momento en que ellos nacieron. Y a veces
ellos se pasan toda la vida sin darse cuenta de que eso es incorrecto, que la
vida ha existido en el planeta tierra por más de 900 millones de años, y que
los humanos hemos existido por más de dos millones de años. Yo no estoy
diciendo que no puede haber algunas gentes que sean indiferentes y
despreocupadas por obtener conocimientos. Eso sería lo más lógico y natural.
Pero
muchas veces uno como que se pone sospechoso y hasta suele preguntarse: ¿Podría
haber un plan de los individuos que controlan el sistema para mantener a la
gente sin acceso al conocimiento, separadas del saber? ¿Podría haber
personas tan injustas y malvadas que quieran mantener a la mayoría de la
población del país boyando en la ignorancia, sin alcance a las nuevas tecnologías,
a los avances científicos, a los hallazgos astronómicos, y aislados de las
tremendas conexiones informáticas? Miren, les voy a contar un cuento, pero no
se los voy a hacer muy largo, para que no se les haga tedioso:
Hubo
un tiempo cuando todo lo que había era de todos. Las comunidades vivían en
unidad y hacían asambleas para tomar las importantes decisiones en los
asentamientos humanos. Los jefes o cabezas los escogían de entre las personas
honorables e incorruptibles del grupo o clan. Las decisiones se tomaban por
votos, donde todos participaban y todos tenían la misma responsabilidad por el
bienestar de todos. Esta etapa gloriosa y confortable de las comunidades
humanas fue conocida como la época Primitiva Comunal. Yo se que a muchos
les parecerá increíble si les digo que el humano vivió cientos de miles de
años bajo ese sistema, y le trabajó perfectamente bien.
Y
no fue sino hasta que llegaron las tres grandes divisiones sociales del
trabajo, la primera cuando el humano penosamente pasó de la vida nómada y
agrícola y se dedicó a la crianza de animales y comenzaron a aparecer los
primeros pueblos y aldeas; entonces vino la segunda división social del
trabajo, donde muchos dejaron la agricultura y se dedicaron a vivir de los
oficios. En la tercera división social del trabajo aparecieron los mercaderes y
el comercio apareció y floreció. Cada una de estas divisiones
sociales del trabajo le tomó miles de años a la sociedad humana; y la época
esclavista hizo su entrada triunfal. Y el hombre se vio empujado a uno de
los sistemas más atroces, el Sistema Esclavista, por medio del cual una persona
poseía a otra persona.
Imagínense
que la gran mayoría de los que hoy llamamos ruinas y grandes monumentos y
maravillas de la antigüedad están pintados de rojo por el color de la sangre de
los esclavos que con dolorosos clamores y horrenda pena fueron los que las
edificaron. Este sistema se caracterizó por la explotación del hombre por
el hombre; y una persona era tratada como un utensilio, y era usado lo mismo
que una vaca o un burro, cuando el amo la necesitaba la usaba o la mataba
cuando ya no la quería. La única diferencia con los otros animales era que
el humano podía hablar.
Pero
el sistema esclavista, aún cuando también se mantuvo por miles de años, era demasiado
atroz e inhumano. Fue aquí que grandes imperios florecieron y parasitaron,
tal como el Imperio Romano, tan estéril, rudo, seco, cruel y crudo; que hizo
tan poco por el avance humano y destruyó tantas grandes civilizaciones. Ya
en sus finales años, el Imperio Romano produjo el estado bizantino, una de las
peores formas de gobierno religioso-militar que ha conocido la humanidad. Y
aquí llegaron las cruzadas, nueve de ellas.
Cuando
se quiera hablar de pillaje, envidia, atrocidades y podredumbre, hay que
mencionar las cruzadas. Y cuando las urnas de los corruptos estados
europeos estaban faltas de dinero, los gobernantes europeos se inventaban una
cruzada para ir a asesinar, incendiar y destruir lo del otro. Y al mismo tiempo
robarles todas las riquezas al más débil, trasladándolas a los pomposos
palacios y a las grandes podridas catedrales europeas. Y el mismo cuento lo
repitieron nueve veces.
Grandes
hombres de guerra se hicieron poderosos con sus grupos de seguidores, y
escogieron un nombre, no importaba el que fuera, que para el caso era lo mismo;
ellos decidieron llamarse reyes, y como las gentes eran tan supersticiosas,
ellos tuvieron la idea de formar los reinados con características religiosas,
haciendo creer a las gentes que ellos estaban comandados por deidades y
dándoselas de divinidades. Y esto, sumado al terror, las persecuciones y las
torturas, implantaron la idea en los pobres habitantes del planeta tierra. Y todavía
hoy la aristocracias pululan en muchos lugares, formando una élite de
parásitos, controlando la banca internacional y explotando la mayoría de los países
pobres, mientras ellos viven gordos y colorados, satisfechos y orgullosos de
vivir arriba, en la élite rimbombante.
Y
se apropiaron de los terrenos, haciendo creer por la fuerza que esos terrenos
les pertenecían, y así nació el Sistema Feudal o feudalismo, vestigios del
cual todavía existen hoy en muchos de nuestros países y que los gobiernos
tratan de mantener, para sostener en el poder a la clase social que
frena el avance de la humanidad, a través del dominio de los medios de producción
y el control económico, social y político. Así como en la esclavitud hubo
esclavistas y esclavos, en el feudalismo hubo señores feudales y siervos, donde
la gente trabajaba en la tierra, pero tenía que pagarle la gleba al señor
feudal por su uso y por vivir en el lugar. Con el desgajamiento de esa sociedad
explotadora y gracias a innúmeras insurrecciones a través de cientos de años,
los artesanos de los pueblos y muchos campesinos unidos lograron salir de ese
sistema, de ese período conocido como Edad de las Tinieblas o Edad Media,
dominado por la monstruosidad religiosa y por las supersticiones y extremas
creencias inimaginables.
Ya
aquí hizo su entrada la
Inquisición. Oh la Inquisición , la Inquisición ! ; qué manera
de retardar el avance, el saber y el aprender. El crimen arropado, tomando
ventaja del atraso cultural de la humanidad. La inquisición tuvo un carácter
universal. No hubo un país, una región o una nación que no sufriera las
persecuciones, ni el uso de las piras o hogueras sólo porque uno dijera que las
hojas de los árboles eran verdes, o que el sol era el que le daba la
energía a nuestro planeta. El gran Galileo conoció las caricias
maravillosas de la inquisición, cuando en el día 8 de Enero del año 1642, su
cuerpo fue convertido en carbón por la bondad de los curas, obispos y cardenales
que como una plaga asolaron a Europa, tratando de atajar el paso de la
civilización humana y mantener a las monarquías en el poder a como diera lugar,
e imponiendo las creencias religiosas atroche y moche y con hacha y cuchillo.
Precisamente
en esa obscura etapa de la sociedad humana fue que llegaron los crueles europeos
a las playas de nuestro continente y fueron esas ideas atrasadas que causaron
el holocausto de nuestros primitivos pobladores, llamados indios en general,
pero con sus propios nombres y viviendo felices en sus propias civilizaciones.
Todos ellos conocieron la crueldad endulzada, con palabras floridas de los
inhumanos vestidos de humanos.
Y
aún sabiendo que ya la humanidad había sufrido la esclavitud de las personas
por tanto tiempo y no le había trabajado, ellos pusieron sus enormes ganancias
económicas y deseo de controlar a como diera lugar; y empezaron a traficar con
esclavos, comenzando alrededor de 1503. De veinte a treinta millones dicen
algunos investigadores,(otros han hablado de números mas altos),cruzaron las
tiburones infestadas aguas del Atlántico en una de las historias mas tristes e
indecentes. Arrancados de su tierra contra su voluntad, con el látigo en la
espalda y la cruz frente a sus ojos; para que los propietarios de plantaciones,
minas, ingenios, latifundios y haciendas se hicieran más ricos. Tratados con
infamia, objeto de violaciones, torturas y sufrimientos indecibles. Muchos
esclavos, la mayoría jóvenes humanos, terminaron en las profundidades del Atlántico,
demostrándose lo fútil del daño y lo demoníaco y barbárico del acto. Pero esto
les pareció muy bien a los maleantes ingleses, holandeses, portugueses,
españoles y otros demonios que obtuvieron tremendas ganancias con ese tráfico
desalmado y atroz.
Hoy
día cuando usted admira muchas de las ciudades europeas y grandes ciudades de
nuestro propio continente y usted dice: “Ay, pero qué ciudad mas linda!”No
se olvide que en su trasfondo ellas llevan los latigazos y gritos de
dolor de los esclavos.
Entonces
la burguesía apareció y el Sistema Capitalista emergió de las cenizas
del sistema feudal, siendo su característica principal el libre comercio, y la Inglaterra comenzó a
colonizar naciones y a cometer las mismas atrocidades, aunque de una manera un
poco más refinada. Los capitalistas comenzaron a redividirse el mundo y a
provocar guerras, como la primera y segunda guerras mundiales, para apropiarse
de territorios y robar riquezas, y aquí hizo su entrada el señor
Imperialismo, esa última etapa del capitalismo donde desde un banco se controla
la vida política, religiosa, militar, y económica de cualquier nación.
Ay,
caramba! Vamos a voltear la cara por un momento y miremos sucintamente a esos
eventos importantes de nuestra historia humana, hechos que hoy, en el siglo
veintiuno debían ser del común conocimiento y las gentes debían saberlos de pe
a pa, y no ignorarlos y verlos como si ellos hubieran sucedido en otro planeta
o en una sociedad diferente a la del humano. Porque… créanme, la época de “a mi
no me importa”, ya se fue. Todos estamos obligados a saber que debido a esos
hechos, nosotros los humanos somos como somos y somos lo que somos; y
estamos donde estamos y estamos como estamos.