
El religioso exclamó en medio de la misa que, con el Dios
Dinero, los periodistas han sido acorralados, conllevando a que el buen
ejercicio profesional sea desacreditado en la mayoría de las ocasiones. Entiende
como preocupante que la labor periodística de vocación haya caído en lo más
bajo, argumentando que hay gente que ha incursionado a ejercer el oficio sin
ser periodista y mucho menos sin tener vocación para el mismo.
Criticó que, en estos momentos hay periodistas incluso
de vocación que, por el Dios Dinero hacen lo que no deben, dedicándose a
escribir artículos que van en perjuicio de otros y, luego que llegan al
convencimiento de la verdad, de la ética y la moral, entonces caen en el remordimiento.
Llamó a que, el mal que ha arropado el buen ejercicio
periodístico, hay que detenerlo buscando la manera de restaurar y a la vez
lograr que los verdaderos profesionales dejen el miedo que los mantiene
acorralados para decir la verdad.