El 2 de febrero de 1973
se produjo el desembarco de nueve guerrilleros por la bahía de Ocoa,
específicamente por Playa Caracoles, en el sur de la República Dominicana.
Este grupo guerrillero,
comandado por el ex-coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, se entrenó
militarmente en la isla vecina de Cuba. El gobierno socialista, dirigido por
Fidel Castro, acogió de manera generosa en territorio cubano y brindó su apoyo
moral y solidario a los patriotas dominicanos.
El ex-coronel Caamaño
Deñó había tenido una participación destacada en el levantamiento armado del 24
de abril de 1965, ocho años atrás, cuyo objetivo principal era el retorno al
poder del gobierno democrático y constitucional que presidía el Profesor Juan
Bosch y que había sido derrocado mediante un fatídico Golpe de Estado en fecha
25 de septiembre de 1963.
Cuatro días después de
iniciado el levantamiento armado de 1965, el 28 de abril, se produjo la segunda
intervención militar y política de los Estados Unidos en los asuntos
dominicanos, con el propósito de frustrar las aspiraciones del pueblo
dominicano de reinstalar el gobierno constitucional derrocado en 1963. Se
calcula que más de 42 mil marines norteamericanos desembarcaron en nuestro
país, violentando el derecho a la auto-determinación del pueblo dominicano.
Lo que comenzó como una
guerra civil, entre dominicanos, terminó como una Guerra Patria. Los militares
constitucionalistas y el pueblo dominicano lucharon de manera heroica y
valiente, muchas veces con armas primitivas y caseras, contra el ejército más
poderoso del Planeta Tierra.
El gran líder y héroe de
esa Guerra Patria lo fue, sin lugar a dudas, el entonces Coronel Francisco Alberto
Caamaño Deñó, quien encarnó la dignidad, el decoro y los sentimientos
nacionalistas y patrióticos del pueblo dominicano.
En 1967 Caamaño se
establece en Cuba y organiza un movimiento guerrillero que tenía por objetivo
derrocar el gobierno neo-trujillista que encabezaba el Doctor Joaquín Balaguer,
que se caracterizó por la intolerancia política, asesinatos de opositores,
violación de los derechos humanos e irrespeto a la Constitución y leyes
establecidas.
El 16 de febrero de 1973,
el ex-coronel Caamaño cae prisionero, junto a dos de sus compañeros (Lalane
José y Alfredo Pérez Vargas). Los tres fueron torturados y fusilados.
Con la muerte física del
ex-coronel Caamaño Deñó, también murió la última esperanza armada de redención
del pueblo dominicana.
Hoy, más que nunca, los
ideales de justicia social que encarnara Francisco Alberto Caamaño Deñó deben
ser enarbolados por los buenos, auténticos y verdaderos dominicanos.
¡Viva el glorioso Coronel
Francisco Alberto Caamaño Deñó !