
Los imputados Freddy Antonien Pérez, propietario del Centro
Cervecero “La Máquina ”,
y Winston Cabral Flete, alias El Chavo, quien hacía la coordinación con las
víctimas en Santiago para su traslado a La Romana , fueron condenados por separado a 15 años
de prisión. Junto a éstos también fue sentenciada a dos años de reclusión la
cajera del negocio, Marys Bidó Abreu.
La procuradora fiscal titular de Santiago, Luisa Liranzo,
dijo que en contra de los imputados fue presentada acusación por
violación de la Ley
137-03 sobre Trata y Tráfico de Personas, el Código Penal Dominicano (artículo
334-1) y la Ley
136-03 sobre el Sistema para la
Protección de los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas
y Adolescentes.
El proceso de investigación inició en el mes de marzo del
año 2013, a
través Departamento de Persecución al Delito de Trata y Tráfico de Personas de la Procuraduría Fiscal
de Santiago, por el procurador fiscal Juan Osvaldo García, con un allanamiento
en el negocio La Máquina ,
en la ciudad de La Romana ,
donde fueron encontradas más de cinco menores de edad reportadas como
trasladadas por el imputado Cabral Flete. Al momento del allanamiento en el
negocio se encontraba también su propietario, Freddy Antonien Pérez, quien fue
puesto bajo arresto de manera inmediata.
Las evidencias presentadas por el Ministerio Público
demostraron que el procesado Winston Cabral Flete se ocupaba de captar jóvenes
menores de edad en distintos barrios de la provincia Santiago, a quienes
llevaba a dicho centro cervecero y que una vez aquí las menores debían trabajar
sirviendo bebidas alcohólicas a los clientes y dormían en habitaciones del
segundo nivel del negocio, lugar donde debían quedarse dada la lejanía e
imposibilidad de ir a sus hogares.
De igual manera logró probar que las menores debían salir
del negocio con los clientes del mismo, luego que éstos pagaran el permiso de
salida de las jóvenes ante la cajera Marys Bidó Abreu, quien registraba el pago
de los servicios de salida y de la menor que salía con el cliente, la cual
posteriormente tenía que volver al establecimiento y continuar las labores de
explotación a las que eran sometidas.