Pues tradicionalmente el 27 de Febrero se veían las casas ceñidas de nuestra banderas tricolor como recuerdo a la separación de las dos culturas que comparten esta misma Isla (Domínico-Haitiana).
Los actos
líricos en honor a la
Independencia son más recordados por las escuelas, más que
por otras instituciones, pero resulta que en todos los actos que se
desarrollan, la irreverencia es repugnante, ya que cantando el himno,
estudiantes y personas mayores siguen hablando, caminan y hacen su misma
actividad de costumbre, sin respetar esos momentos solemnes en recuerdo a
quienes comprometieron sus bienes materiales, sus familiares y la vida
personal, en cambio de una libertad como la generación de hoy gozara a plenitud
y que ahora esta generación sea irrespetuosa en esa hora de solemnidad.
