Santo Domingo.- Tenían dos
hijos, visitaban una iglesia, eran profesionales, jóvenes, y en las fotografías
lucían como una pareja feliz. Sin embargo, en la madrugada de ayer los niños
quedaron huérfanos y dos familias sumidas en el dolor. José Gómez mató a su
esposa Aymé Rouland y luego se suicidó, en el residencial Ibiza III del
sector Vista Hermosa en Santo Domingo Este.
Ella era visitadora a médico y
muy querida por sus compañeros de profesión, pues la noticia se difundió
en su grupo de WhatsApp que tienen visitadores de distintos laboratorios y allí
solo circula el lamento y el llanto. Trascendió que José mató a su pareja con
un martillo en el apartamento en que residían y luego se lanzó del cuarto piso.
Los cadáveres fueron llevados al
Instituto Nacional de Patología Forense. El de Aymé será expuesto en la
funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln y el de José en la Blandino de
la Sabana Larga del ensanche Ozama.
Los niños, una hembra y un varón,
se suman a la cadena de huérfanos de los feminicidios que en los últimos cuatro
años se acerca a la cifra de los 200.