Nosotros crecimos
oyendo que las únicas Aves de Rapiña que habitaban en la isla de Quisqueya
eran los que allá conocemos como Guaraguaos, y también las Cuyayas o
Cernícalos. El motivo por lo que se les llama Aves de Rapiña es porque son
rapaces, la manera como tienen las garras y como las usan para atrapar sus
presas, que en nuestro lugar no son más que ratas, ratones y bigañuelos, o
Higuanas, que son comunes en la región del Sur. A este grupo de Aves
de Presa se le podría agregar además la Lechuza, que es endémica de nuestra
Isla, pero que es mayormente nocturna en su cacería. Nosotros no contamos con ningún
otro pequeño mamífero autóctono, en que ellos pongan su aguda vista y traten de
atrapar.
Quizás podría darse
el caso de que alguien tuviera un Curí o un Conejo que pudieran servir de
víctimas de los mencionados, ávidos cazadores. Yo sé que escuché en
mis años jóvenes casos en que campesinos reportaron que habían visto alguna de
esas aves cargando con alguna culebra. Pudiera ser que en los tiempos en que el
Blanco llegó a la isla, todavía hubiera allá alguna otra clase de
Aves de Rapiña que se hubieran detenido en su jornada migratoria. Quizás algún
Halcón, una Águila, un Cóndor o un Buitre, que fueran empujados a la isla
por cualquier turbulencia en algún tiempo. Yo nunca he leído que eso pasara
alguna vez. Es de suponerse que en los tiempos en que había Jutías o Solenodontes
en la isla, las Aves de Presa las usaban para su alimentación.
Es difícil olvidar
que en aquellos tiempos, los comerciantes tenían la costumbre de
mantener almacenados algunos sacos de semillitas y piedrecitas para
agregárselas al arroz, o a las habichuelas y entonces venderlo a la población. Cuando
iban a preparar la comida, las mujeres, que siempre están cuidando y
protegiendo, tenían que “limpiar” el arroz y las habichuelas antes de ponerlos
a cocinar, porque esto le podía “romper un diente a cualquiera”. Cuando ellas
terminaban de “limpiar”, se había acumulado una pequeña balsita de lo que
habían agregado los rapaces comerciantes, con la finalidad de incrementar sus
fortunas.
Probablemente la
gente nunca se detuvo a pensar y a calcular cuánta ganancia económica obtenían
los ruines mercaderes por medio de aquella “pequeña” movida. Multiplíquese esto
por miles y miles de clientes en varios meses y sáquese el producto. Ahora
multiplíquese la “pequeña acción” por los miles y miles de comerciantes y
almacenistas del país. Multiplíquese esto al detalle y al por mayor. Entonces
echen la cuenta multiplicando por los 325 días que tiene el año. Ahora
multiplíquese por 10, 20, o 30 años haciendo la misma villanía bajo la vista
gorda de la autoridades de su misma “democracia”. Así es que los
comerciantes se enriquecen. Eso es rapiña. Y esto es solamente un
pequeño detalle del variado arcoíris de la actividad comercial.
Muchas veces, “Radio
Bemba”, que es la mejor Radio Informativa, porque es la Radio de los pobres, se
hacía eco de como inescrupulosos almacenistas y especuladores que parasitan en
el quehacer capitalista, almacenaban grandes cantidades de productos en
sótanos, uno con otro en componendas; entonces venía una “escasez” de ciertos
productos, entrando en juego la Ley de la Oferta y la Demanda: Si hay carestía
de un producto, su precio aumenta. Entonces los avivatos miserables sacaban los
productos escondidos para venderlos a sobreprecio, logrando obtener enormes
ganancias. Claro, esto se ve normal en los predios del Capital, la ley de “Aprovéchese
el que pueda, no importa que se joda el pueblo”. La población es objeto de un apuñalamiento
constante por parte de los sectores que viven clamando “democracia” que para
ellos no es demo: pueblo; cracia: poder; sino “demonio”: codicia; cracia: desgracia.
Pero este no es
el único caso de rapiña que llama la atención en nuestro mundo moderno. Hoy
uno sólo tiene que poner un pie en la calle para toparse con situaciones que a
veces sorprenden, a veces entretienen y otras veces hasta hacen a uno morirse
de la risa. Una de esos ufanos casos fue cuando los muchachos de El Ranchero
Digital tuvieron que buscarse al sujeto que se presenta como José Flandez para
que los defendiera ante sus andanzas; pensando que los iba a salvar de la
machucha. Se buscaron un cara de pelota pensando que iba a intimidar a las
gentes con su feura, su bravuconada y sus espejuelos.
El individuo vino
como un camión de concreto y lanzó el petacazo que le encargara el nefasto
corrupto Marco Rubio. Y asimismo fue, ”De tal palo, tal astilla”. Nada
substancioso. Cuando uno “se mete al Internet” para averiguar quién sería esta
persona, se haya con tantas linduras acerca del elemento, que uno no
está seguro si el escrito vino de dentro o fuera de la cárcel. El sujeto, que
según la información va por tres nombres, se identifica como “un Cristiano”; es
un maleante con problemas con la ley en los Estados Unidos por manejar
borracho, que allí es un delito; por mala paga; por problemas de drogas y por
ser un maniático enfermo sexual.
En muchas comunidades
de Estados Unidos, a los enfermos sexuales no les permiten mudarse a menos que
no se le informe a la comunidad por medio de un Registro. En los datos que
aporta el Internet se agrega que el individuo tuvo que salir huyendo de Miami,
Florida y que ahora probablemente vive en algún sitio de la ciudad de New York.
Entonces informan que parecería que toda su familia podría estar compuesta de malhechores,
incluyendo varias mujeres, cosa que le advierten a uno, como para que tenga cuidado.
Vayan, señores ”Rancheristas”,que toda la información es publicada en el Net.
De lo que
escribió hay poco que decir, y yo supongo que los lectores de El Ranchero
Digital no se dejan engañar tan fácil por cualquier topo ignorante que venga a
tratar de envenenar sus páginas hablando porquería. Lo único que
sí hay que insistir es en lo que escribiéramos anteriormente, que los
reales beneficiarios del Sistema Socialista todavía no saben cómo defenderlo, porque
son niños y niñas que no tienen el uso de la razón; y los recién
nacidos, que están en vías de llegar, y que arribarán por millones
al planeta. Que así como el Feudalismo se defendió contra
los que quisieron mantener vigente el Sistema Esclavista, de esa misma manera
el Sistema Socialista se impondrá ante los que rapiñosamente quieren
aferrarse al ominoso Sistema Capitalista.
Estos diablos que se
benefician del negocio de la Iglesias son tan hipócritas que uno los oye que se
pasan toda la vida diciendo: ”démonos la paz”, ”vayan en paz”, ”que la paz
esté con ustedes”. Sin embargo cuando los pueblos del mundo, como en el
caso de Venezuela piden que los dejen vivir en Paz, ellos torpedean esos
propósitos y les hacen la vida imposible. Hablan de paz pero propugnan las
guerras. Fascismo y Sionismo, una explosiva combinación. Y aquí aparece
otra vez la Ley de los Contrarios: Mientras el Socialismo sea más perentorio y
adquiera más aceptación entre las naciones del mundo, aparecerán más perros
ladrando, tratando de detener su inevitable y victorioso paso. Muchachos,
caramba, búsquense otra clase de abogados.
Un ejemplo
demostrativo de lo “curtíos” y rapaces que son esas gentes es lo que les están
haciendo a los Venezolanos. Son tan descarados que les instalan las sanciones
para ahogarlos económicamente; les causan sabotajes, incendios, y problemas
fronterizos; y entonces salen como cotorrones propagando por el mundo que “en
Venezuela hay escasez”; ”que allí hay una dictadura”; ”que aquél es un
régimen tiránico”, etc. etc. Pero sólo hay que mirarles a los ojos para verles
la codicia; que lo que quieren es ponerle las garras a la “Manzana Negra” de la
Franja del Orinoco, donde se dice que está la mayor reserva de hidrocarburos
del mundo.
Los Venezolanos y
Venezolanas están demostrando disciplina y resistencia, no importa que tengan
que recorrer el penoso, pero glorioso, camino Cubano. En aquellas tierras se
está escribiendo una historia. Una historia que en 100 años se
ensenará en las escuelas; entonces se les explicará a los estudiantes
de aquél tiempo “quién fue el malandrín” y “quién
era la víctima”; Y “qué consiguió la víctima” y
“qué logró el malandrín”. Y escriban estas palabras con letras de
oro, porque lo único que no engaña es el Futuro