Se observa en el proceder y actuar de
las personas una serie de actitudes que imprimen en la individualidad un
conjunto de expresiones y cualidades personales, que se manifiestan en el
proceder y el actuar, como ente social en el ámbito público y privado.
Los caracteres se forman y modelan en
la persona desde el nacimiento hasta la muerte, en sentido positivo, negativo y
neutro. Todo ser humano nace dotado de virtudes que a través del tiempo se
convierten en talentos como dones que vienen de Dios (Padre Supremo de todo lo
creado).
Hay personas de caracteres fuertes y
otros débiles; pero todos ellos forman la personalidad que requiere respeto,
valoración, aprecio, cuidado, con un trato exquisito por encima de todo lo que
le rodea en el entorno en que vive.
La primera entidad responsable de la
formación de un buen carácter es la familia con una paternidad responsable, la
escuela como estamento colaborador en la instrucción, la iglesia para ayudar en
los valores espirituales y las instituciones de servicios con apoyo de los
Estados.
Los hombres y mujeres probas, dotadas
de honestidad, prudencia, ética y buen ánimo se convertirán en personas de alta
calidad.
Las personas virtuosas siempre
exhibirán un buen carácter para beneficios personales y la comunidad en
general, convirtiéndonos servidores, uno de otros respetando y amando a todos
por igual.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.