
Indicó que existe la necesidad de buscar un comercio más
justo para que los flujos financieros sean aliados del desarrollo y de la
productividad.
Dijo que el sector financiero ganara cada vez mayor
importancia, pero trae tantas oportunidades como peligros.
Sostuvo que han tenido ocasiones en las que comprobaron cómo
la libertad de movimiento de capitales puede ser usada con motivos de evasión
fiscal o blanqueo de capitales.
En su discurso, Medina dijo que República Dominicana, como
tantos de los países presentes, solo pueden beneficiarse de unos mercados
financieros más estables, más predecibles y mejor regulados.
“Así, este año hemos comenzado a adoptar las recomendaciones
del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT) contra el blanqueo de
capitales” .
Dijo que en estas medidas incluyen una mayor supervisión de
las instituciones financieras, mayor transparencia de las personas jurídicas y
de la titularidad de los activos, vigilancia de transferencias electrónicas,
políticas de conservación de documentos, un marco de cooperación internacional
y asistencia jurídica mutua, entre otras medidas destinadas a hacer más seguro
y transparente el sistema bancario dominicano.
En cuanto a los paraísos fiscales, el mandatario
dominicano puso como ejemplo el reciente fallo de la Unión Europea ,
condenando a la empresa tecnológica Apple por 13 mil millones de euros en
impuestos eludidos, “Ponen en evidencia una realidad que ya conocíamos hace
tiempo. Que los paraísos fiscales no son esencialmente soleadas repúblicas del
Caribe. Por el contrario, la gran mayoría están bajo jurisdicción de los países
más ricos”.
Además, contrariamente a la idea tan difundida sobre los
paraísos fiscales como mero refugio del dinero, son en mayor medida plataformas
para operar financiera y comercialmente en los mercados mundiales de capitales.
“Es decir, no es dinero guardado en un colchón, sino que
forman parte íntegra de la economía real, sustrayéndole recursos, y robando a
los Estados sus prerrogativas de soberanía fiscal” enfatizó.
Argumentó que la falta de regulación ha venido allanado el
camino a los evasores y haciendo más complejo el trabajo de la administración
fiscal. Esta es una gran amenaza para el financiamiento del Estado en todo el
mundo, dificultando a los gobiernos el cumplimiento de las grandes
responsabilidades con sus ciudadanos.
“Saludamos, por tanto, las iniciativas en todo el mundo que
dan esperanza de avanzar hacia una mayor regulación de los paraísos fiscales”.
Dijo que la regulación de los paraísos fiscales ha de
integrarse en la demanda de una mayor regulación y supervisión pública efectiva
de los mercados financieros, para ponerlos al servicio de la economía real y de
la ciudadanía.