Por
Parmenio Paulino.- La prolongada sequía de los últimos meses ha generado una gran disminución
en los cauces de los principales ríos de nuestro país, situación que ha devenido
en una gran escasez de agua en los afluentes, que son los surtidores del vital
líquido para los acueductos de nuestras comunidades.-
La zona norte del país de la cual
siempre se ha dicho, que ha sido bendecida por las prodigiosas manos del
creador, también ha sido afectada por la prolongada escasez, causadas por las agresiones
permanentes del hombre contra la naturaleza.-
Hemos observado en algunas comunidades
del municipio Los Hidalgos, en Puerto Plata, la actual crisis acuífera y la
contaminación progresiva de sus cuencas sin que las autoridades intervengan. No
niego la nostalgia al rememorar aquellos años de abundante líquido cuando el
respeto a la foresta se imponía, precisamente para evitar la crisis por la que
hoy atraviesa esta localidad.-
La deforestación permanente de áreas
tan importantes como las cuencas hidrográficas sin que las autoridades
intervengan, ha degradado el cauce de los principales ríos de este municipio, donde
de manera abusiva ha habido cortes criminales de árboles centenarios por
hombres ignorantes e insensatos para venderlos a precios irrisorios, al margen
de las autoridades de medio ambiente.-
Tal es el caso del Río de Marmolejos, camino hacia el paraje La Peña, donde decenas de arboles centenarios de los denominados ¨Samán ¨ han sido cortados por desaprensivos para venderlos a fabricantes de muebles a quinientos y setecientos pesos cada uno, del mismo modo ha sido afectado el importante cauce del Rio Unijica desde donde se han extraído materiales como grava, arena y piedras de forma indiscriminada para uso en las construcciones de infraestructuras.-
Es tiempo de parar esas agresiones a la
naturaleza antes de que sea muy tarde; pues, el agua que hoy no preservamos, estoy
muy seguro, que mañana la necesitamos.-
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Foto actual del Río de Marmolejos Se aprecia en la imagen con escombros, parte del denominado Charco del Mango.- Cortesía de: Santos Espinal |