Villa Isabela.- Con el objetivo de quedarse con sus bienes el
marido e hijastro de una señora la estrangularon y lograron un certificado
médico que declaró su muerte por haber sufrido un infarto.
El juez de la Instrucción impuso
medida de coerción de un año contra Rafael Brito Cruz (Chicho) y Rafael
Brito Luciano (Quico), El primero es el padre del segundo y era el marido de la
señora Francia Antonia Lora Acevedo.
El hecho ocurrió el pasado 19 de abril del 2010 en
la casa número 17 de la calle Rojas de Villa Isabela.
Los familiares de la señora Francia Antonia Lora
Acevedo solicitaron profundizar las investigaciones para la cual el procurador
fiscal apoderó a José Antonio Núñez (Rami), fiscal adjunto que le dio
continuación solicitando una necropsia que determinó que la mujer no murió por
infarto sino estrangulada.
Los matadores, padre e hijo, marido e hijastro
de la occisa se encontraban en libertad y fueron apresados el pasado
sábado. El juez Osiris Reyes, del Tribunal de Atención Permanente de la Pena , dispuso a
solicitud del Ministerio Público, una investigación al personal médico que
diagnosticó y expidió un certificado que aducía la muerte de la
señora Francia Antonia Lora Acevedo por infarto.
El hecho consternó a los habitantes de
Villa Isabela que mantuvieron su duda en torno al hecho y al conocer la
decisión de Patología Forenses de Santiago, clamaron que se haga justicia
contra los criminales.
Luego de todo le fue impuesta una pena de 20
años, que luego llegó a apelar consiguiendo la libertad condicional; luego fue
apresado y sometido a la justicia de nuevo, y ratificada la pena; de forma
sorprendente logra escapar y llegar hasta Puerto Rico donde las autoridades de
ese país lo envían a Santo Domingo para que retome su lugar de origen, la cárcel.
Cuando todo el mundo creía que estaba pagando su
pena, luego de ser apresado en Puerto Rico y enviado a las autoridades
dominicanas para reingresar de nuevo a la cárcel, éste fue ayudado supuestamente por la misma
justicia dominicana para que se fuera a Puerto Rico evadiendo así la pena que
le fue impuesta.
Sólo con la complicidad de las autoridades
judiciales un interno de la cárcel se puede ir a Puerto Rico.