El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez manifestó su preocupación por el auge del sicariato en la República Dominicana, al destacar que en las tradiciones de este país nunca se había visto que se matara a personas por paga.
“De verdad que yo lamento profundamente esto y me avergüenzo como dominicano de que esto esté sucediendo. Pagar para matar; eso nunca se había visto aquí”, dijo.
Dijo esperar que esa situación se corrija lo antes posible, pero manifestó que otro asunto que llama a preocupación es que también hay influencia de personas que llegan de otros países, lo que perturba más el ambiente.
“Aquí la tradición dominicana no está acostumbrada a eso; andar matando a personas por paga. Pagar para matar, eso nunca se había visto aquí en la historia dominicana”, enfatizó.
Dijo que debido a los casos que han salido a la luz pública de sicariato todos están preocupados, por lo que consideró que hay que estudiar el fenómeno para determinar qué es lo que está pasando y analizar las causas.
Mientras que el Arzobispo de Santiago, Ramón Benito de la Rosa y Carpio, consideró que el sicariato es uno de los fenómenos más tristes que están pasando los dominicanos.
“Nosotros en realidad tenemos que trabajar duramente. No debemos tener miedo y luchar. Ese es uno de los trabajos más fuerte que nosotros tenemos”, dijo.
Resaltó que en el país ha habido siempre muertes por diferentes causas, pero el hecho que se pague a personas para que asesinen a otras, a su entender no tiene “nombre”.
Precisó además que aparte del sicariato físico, existe el sicariato moral que ocurre cuando se les quita la fama a las personas, matándolos socialmente.
Dijo que cuando los hombres son los que hacen el sicariato, es terrible, pero cuando las mujeres empiezan a practicar el sicariato, es lo peor.
Manifestó que de lo mejor que queda en la sociedad dominicana es la mujer, por lo que entiende que si se daña, se echó a perder todo. “En la República Dominicana tenemos que trabajar en contra de eso del sicariato. Los que trabajan eliminando personas socialmente, no saben que ellos están propiciando también el sicariato físico”, agregó De la Rosa y Carpio.
