Luís Santiago Sánchez Espinal Gabriel García Márquez |
¿Saben algo? Si no lo saben se
lo voy a decir.
A raíz de celebrarse el cuarto taller de reportaje, organizado porla Fundación
del Gabo en el Centro Cultural Español de Cartagena de Indias (Colombia), y
delante de 12 periodistas que lo entrevistaban, Gabriel García Márquez, la
segunda cumbre de las letras universales (la primera cumbre es el Manco de Lepanto),
afirmó categóricamente: “Yo no sé Gramática”.
Entre sus millones de lectores, ninguno lo diría, pero él está seguro que “no pasaría los exámenes que sufren ahora los estudiantes”, y luego dice: “Estoy seguro de que me tumbarían”.
A raíz de celebrarse el cuarto taller de reportaje, organizado por
Entre sus millones de lectores, ninguno lo diría, pero él está seguro que “no pasaría los exámenes que sufren ahora los estudiantes”, y luego dice: “Estoy seguro de que me tumbarían”.
¿Uds. Advierten la humildad
del Gabo, que no es otra que la humildad que exhiben los grandes? Ese juicio se
pasó de hiperbólico; un Premio Nóbel de Literatura decir que no sabe gramática;
¡y entonces! ¿Quién o quienes son los que saben?
Segundo Tema:
A propósito del tema anterior,
que hablamos de escritor, literatura y gramática, y a raíz de la fructífera
revolución que está desarrollando el Presidente de La República en el área
educativa, me voy a permitir hacer una SUGERENCIA AL MINISTRO DE EDUCACIÓN, Lic. Carlos Amarante Baret, es sobre un viejo sueño que he venido acariciando,
y consiste en que el MINISTERIO DE EDUCACIÓN DEBE HACER UNA EVALUACIÓN PSIQUIÁTRICA
Y PSICOLÓGICA AL PERSONAL DOCENTE TODOS LOS AÑOS (Cuando se va a iniciar el año
escolar).
Una persona puede sufrir un trastorno mental en cualquier momento y si es un profesor que se enferma de este trastorno; NO VA A FORMAR A LOS ESTUDIANTES, SINO QUE LOS VA A DEFORMAR.
¿Es descabellada esta sugerencia? Creo que no, porque hasta en mi Distrito Escolar, el 11-06, hay docentes que creen en supersticiones, tales como hechicería, en brujas o que los muertos hacen apariciones.
Una persona puede sufrir un trastorno mental en cualquier momento y si es un profesor que se enferma de este trastorno; NO VA A FORMAR A LOS ESTUDIANTES, SINO QUE LOS VA A DEFORMAR.
¿Es descabellada esta sugerencia? Creo que no, porque hasta en mi Distrito Escolar, el 11-06, hay docentes que creen en supersticiones, tales como hechicería, en brujas o que los muertos hacen apariciones.
Que quede bien claro, esto no
es una crítica, porque en el área del Estado que yo tengo más amigos y casi
hermanos es en educación, sino que esta sugerencia es de buena fe, pero me
preocupa que profesores crean en “plumas de burro”, y que hasta discutan con
estudiantes, defendiendo sus creencias, propias del medioevo.
¿Qué te parece, Lic. Amarante
Baret?