jueves, 24 de abril de 2014

Un enfoque sobre dos temas

Luís Santiago Sánchez Espinal
Gabriel García Márquez
Por: Luis Santiago Sanchez Espinal.- ¡Que pena! Duele hasta la médula la desaparición física del más grande escritor del mundo durante todo el Siglo XX y los 14 años que van del Siglo XXI. Creo que nadie ignora que estoy hablando del Gabo, Gabriel García Márquez, que fue, es y seguirá siendo un ciudadano del mundo; no sólo de Colombia y América.

¿Saben algo? Si no lo saben se lo voy a decir. 

A raíz de celebrarse el cuarto taller de reportaje, organizado por la Fundación del Gabo en el Centro Cultural Español de Cartagena de Indias (Colombia), y delante de 12 periodistas que lo entrevistaban, Gabriel García Márquez, la segunda cumbre de las letras universales (la primera cumbre es el Manco de Lepanto), afirmó categóricamente: “Yo no sé Gramática”. 

Entre sus millones de lectores, ninguno lo diría, pero él está seguro que “no pasaría los exámenes que sufren ahora los estudiantes”, y luego dice: “Estoy seguro de que me tumbarían”.

¿Uds. Advierten la humildad del Gabo, que no es otra que la humildad que exhiben los grandes? Ese juicio se pasó de hiperbólico; un Premio Nóbel de Literatura decir que no sabe gramática; ¡y entonces! ¿Quién o quienes son los que saben?

Segundo Tema:

A propósito del tema anterior, que hablamos de escritor, literatura y gramática, y a raíz de la fructífera revolución que está desarrollando el Presidente de La República en el área educativa, me voy a permitir hacer una SUGERENCIA AL MINISTRO DE EDUCACIÓN, Lic. Carlos Amarante Baret, es sobre un viejo sueño que he venido acariciando, y consiste en que el MINISTERIO DE EDUCACIÓN DEBE HACER UNA EVALUACIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOLÓGICA AL PERSONAL DOCENTE TODOS LOS AÑOS (Cuando se va a iniciar el año escolar).


Una persona puede sufrir un trastorno mental en cualquier momento y si es un profesor que se enferma de este trastorno; NO VA A FORMAR A LOS ESTUDIANTES, SINO QUE LOS VA A DEFORMAR. 

¿Es descabellada esta sugerencia? Creo que no,  porque hasta en mi Distrito Escolar, el 11-06, hay docentes que creen en supersticiones, tales como hechicería, en brujas o que los muertos hacen apariciones.

Que quede bien claro, esto no es una crítica, porque en el área del Estado que yo tengo más amigos y casi hermanos es en educación, sino que esta sugerencia es de buena fe, pero me preocupa que profesores crean en “plumas de burro”, y que hasta discutan con estudiantes, defendiendo sus creencias, propias del medioevo.


¿Qué te parece, Lic. Amarante Baret?