
En el tema anterior nos
referíamos a los secretos de la naturaleza, los cuales se observan a través de
los sentidos humanos, animal o vegetal.
En los fenómenos naturales
intervienen unas fuerzas concéntricas animados (movimientos), inanimados
(inerte) pero al fin todo tiene su por qué y para qué.
Se observa el Sistema Solar,
el mar en movimiento, las aves en convivencia, la atmósfera y sus componentes,
las abejas en sus labores, el brote y nacimiento de las semillas en la tierra,
la polinización y floración en plantas y hiervas, el paso de las aguas en
estado natural, el fuego que enciende y apaga, las bancadas de energías y las
colonias alimenticias y medicinales. Cuando se observa en laboratorios se
aprende y se elaboran conceptos falsos y verdaderos.
Todo fenómeno natural se
concibe como actuación de la trascendencia divina (Dios) por lo que el ser
humano por sus limitaciones y mente variable se ha ido fabricando un Dios para
cada elemento natural; visto como fenómenos mágicos de donde se desprende la
magia blanca y la magia negra, para hacer el bien y el mal.
Mediante la invocación a
espíritus divinos e inmundos se invoca a los dioses de la mentira y al Dios de
la verdad mediante recursos naturales (superstición). La naturaleza enseña y
los seres vivos aprenden.
Comenzando desde los átomos
hasta la masa o cuerpos para la conformación de un universo, mundo visible o
invisible ¿Dónde se ubica Ud.? ¿Dónde me ubico Yo? Todos estamos ubicados en
diferentes planos, llamados estudios existenciales reales.
Otros viven un vacío
existencial, por la inconciencia y claridad de su realidad. Proverbios 21,1-31,
Salmo 26,1-13