miércoles, 20 de mayo de 2020

¿Por quién voy a votar?

¿Por quién voy a votar?Por Luis Rosario.- Muy buena pregunta. Parece que las elec­ciones ha­cen cambiar de tema, pues no hay nada que enferme más que estar hablando de la misma cosa. Ya es hora de que pasemos al tema de las elecciones y de que pen­semos en nuestros candida­tos presidenciales y al Con­greso Nacional.
Es difícil que los candi­datos nos convenzan total­mente; quien no tiene una tutuma, tiene un pie torci­do; quien no cojea de un la­do, cojea del otro. No hay candidato perfecto y todos tienen mucho de bueno y de malo un montón.
Esto, si se ven las co­sas con objetividad. Na­da despierta tanto fanatis­mo como la política. Bueno también el deporte y la re­ligión.
Cuando alguien está asfixiado políticamen­te, en lugar de poner­se la mascarilla para ta­parse la nariz y la boca, se la coloca delante de los ojos para no ver los defectos de sus candi­datos. Solamente ve lo que para él son sus vir­tudes.

Votaré por aquellos candidatos que me garan­ticen el derecho a la vida desde la concepción, tan­to a nivel presidencial co­mo congresual. En esta materia es más importan­te el candidato al Congre­so, diputados y senado­res, pues son ellos los que deciden, a menos que el Poder Ejecutivo los ten­ga agarrados por el pichi­rrí, como sucedió en estos ocho años pasados.
El código penal sigue pendiente de aprobación y la gran tentación del Pre­sidente y del Congreso es agarrar por las greñas el aborto e introducirlo, des­penalizándolo por las tres causales que hicieron fa­moso al jinete de Arroyo Cano.
Durante estos dos perío­dos pasados el Congreso, especialmente la Cámara de Diputados, manifestó una actitud de sometimien­to servil al deseo del Presi­dente.
Me atrevo a sospechar que los diputados no tenían ni idea de que se trataba de un asunto de vida o muer­te.
El otro tema es el del ma­trimonio, entre un hombre y una mujer, y la familia. Fue sobre todo el Presiden­te de la República quien co­queteó en forma muy hu­millante con personajes foráneos que se burlaron de la dignidad de este pue­blo, destruyendo burlona­mente la zapata sobre la que se fundamenta nuestra sociedad.
Quienes garanticen el derecho a la vida, desde la concepción, y la familia son mis candidatos.