Nueva Delhi.- Un hombre
encontró a una bebé todavía con vida que había sido enterrada en una urna de
barro cuando cavaba la que iba a ser la tumba de su propia hija, fallecida tras
nacer, en el norte de la India.
"Había ido a enterrar a su
propia hija y estaba excavando la tumba cuando su pala dio con una vasija de
barro", explicó este lunes a Efe Shailesh Kumar Pandey, superintendente de
Policía de la ciudad de Bareilly, donde tuvo lugar el hallazgo el pasado
jueves, en el estado septentrional de Uttar Pradesh.
El hombre alertó al guarda del
cementerio, quien, al examinar la urna, descubrió a la recién nacida y la
trasladó al hospital del distrito.
"La condición de la niña ha
mejorado mucho", aseguró Pandey.
Las autoridades han iniciado una
investigación para hallar a los padres de la bebé, cuya identidad se desconoce
por el momento.
El hombre que descubrió a la bebé
había perdido a su propia hija minutos después de que esta naciera
prematuramente, precisó la agencia local PTI.
La ley india penaliza este tipo
de abortos e impide a los médicos revelar el sexo de los fetos, precisamente
para poner freno a esta práctica, aunque los estudios clínicos prenatales siguen
practicándose clandestinamente.
Un informe de la organización
Alianza para la Defensa de la Libertad (ADF) presentado el pasado enero afirmó
que 50,000 fetos femeninos son abortados cada mes en el país.
En la India la preferencia por el
niño se debe a que el hijo perpetúa el linaje, hereda la propiedad y cuida de
sus padres en la vejez, mientras que, en el caso de las niñas, los progenitores
deben pagar una cuantiosa dote a la familia del novio.
El censo indio de 2011 reveló que
hay 7,1 millones menos de niñas que de niños con edades comprendidas entre los
0 y los 6 años y en la población india (entonces de 1.210 millones de personas)
hay 940 mujeres por cada mil hombres.